De acuerdo a estimaciones oficiales, durante el último año, la producción agropecuaria creció notablemente y continúa siendo uno de los principales motores de la economía argentina. Para seguir impulsando este crecimiento, es fundamental la incorporación de tecnología en el sector, lo que permitirá optimizar la productividad a partir de la implementación de mejoras en la gestión.
La producción de materia prima con calidad y productividad, administrando los costos con precisión, es uno de los puntos claves a la hora de realizar la implementación en el sector agropecuario, sin olvidar que el foco fundamental está dado por la obtención de insumos y productos manufacturados de calidad.
En este sector, contar con el manejo de recetas predefinidas por cultivo, control de activos, identificación de recursos consumidos, entre otras variables, es clave para llevar adelante la operatoria del negocio, optimizando la utilización de los recursos.
La integración de toda la cadena de valor – producción agrícola, procesamiento industrial, logística, comercialización, finanzas y recursos humanos – forma el pilar fundamental a la hora de definir las expectativas que buscará responder un proyecto de implementación de ERP con vistas a lograr una mejor gestión de la producción, así como sostener el crecimiento a nivel organizacional.
También, se articula con la necesidad de llevar un control de la demanda en función de la estacionalidad y respecto de la expiración de productos en inventario.
De esta manera, la implementación de un software ERP se vuelve un instrumento importante para llevar adelante la operatoria del negocio y mantener pleno control sobre la cadena de valor. No sólo facilita la utilización adecuada de los recursos, sino que proporciona eficiencia en las operaciones, ayudando a lograr una buena planificación. Esto le otorga a la agroindustria una visión más estratégica del negocio y potencia aún más su crecimiento a largo plazo en base a significativas mejoras en la productividad.