7 ventajas de la factura electrónica para profesionales, empresas y organismos públicos

En los últimos días he notado una fuerte preocupación por la obligatoriedad de emitir comprobantes originales en forma electrónica que alcanza a todas las entidades inscriptas en el impuesto al valor agregado (IVA) a partir del 1 de julio pasado.

Pero al mismo tiempo, escucho pocas voces que destaquen las ventajas que las empresas y los profesionales pueden obtener con la implementación de esta nueva modalidad. Por esta razón, me parece importante aportar una visión optimista y constructiva que permita entender la coyuntura y obtener una mirada a largo plazo sobre el tema.

Como es de público conocimiento, a partir del 1 de julio todos los contribuyentes argentinos que emiten facturas, recibos, notas de crédito / débito  tipo «A» y tipo «B», deben operar con factura electrónica. Así lo establece la Resolución General 3749/15 de  la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Pero más allá de la obligación fiscal, la factura electrónica es un elemento clave para mejorar cuestiones operativas y de relacionamiento de las organizaciones. Su uso conlleva importantes beneficios. Hace más eficiente la actividad en el sector público, y es un fuerte dinamizador del negocio en el ámbito privado. 

Recordemos que la factura electrónica es un equivalente legal y fiscal de la factura en papel. La principal diferencia es que se transmite de forma electrónica, es decir, se envía desde una computadora y se recoge desde otra, sin que sea necesario imprimir el documento.

Además, aporta nuevas condiciones de seguridad que garantizan su integridad y autenticidad. Sin duda, el ahorro de los costos económicos es el que tiene mayor visibilidad, aunque existen otras ventajas como la agilidad del procedimiento y la reducción de la huella ecológica.

A continuación, comparto 7 puntos o aspectos en los que el aporte de la factura electrónica para la actividad economía es muy evidente:

  1. Ahorro económico de hasta el 90%, en comparación con el proceso tradicional.
     
  2. Mayor productividad y agilidad en el proceso, gracias a la automatización de las tareas.
     
  3. Menores tiempos de entrega de la factura y, por tanto, de su cobro.
     
  4. Aumento de la seguridad y descenso del número de errores.
     
  5. Mejor accesibilidad a las facturas, ya que basta con realizar una búsqueda de archivos rápida y sencilla en el programa de gestión.
     
  6. Reducción de la huella ecológica, debido a la reducción de la inversión en papel e impresión.
     
  7. Facilidad para adoptar otras nuevas tecnologías en la empresa y abrirse al comercio internacional.
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