Por qué la Nube sí es segura
El Cloud Computing es seguro. Decir esto puede resultar una obviedad viniendo de un profesional que trabaja en una compañía que garantiza el funcionamiento fiable y seguro de la red. Sin embargo, no lo es tanto cuando habitualmente nos encontramos con conceptos erróneos sobre Cloud y Seguridad.
El crecimiento exponencial de los datos y dónde almacenarlos continúa siendo una preocupación para muchas organizaciones. La diferencia entre guardar la información en un almacenamiento local o en una oferta Cloud no tiene por qué incrementar o disminuir el nivel de seguridad. De hecho, hay que tener en cuenta que en un entorno altamente dinámico, con servicios que pueden estar listos para saltar o ser eliminados según la demanda, va a ser muy difícil que las organizaciones sepan realmente y con exactitud dónde están sus datos; y es que la “abstracción” es, después de todo, el propósito de la Nube.
Un buen ejemplo de cómo esa abstracción afecta a la seguridad es el proyecto OpenStack Object Storage, denominado Swift. En este caso, los objetos y los archivos están escritos en múltiples unidades de disco extendidas a través de los servidores del centro de datos. Si un servidor o disco duro fallara, OpenStack replicaría su contenido desde otros nodos activos a nuevas localizaciones en el cluster. El beneficio práctico de esta arquitectura es fácil de ver, pero hay que tener en cuenta que esta capa de abstracción ha abstraído también la seguridad del control del usuario.
Y en ese sentido, otra preocupación existente es la de que los proveedores de Cloud no aseguran sus entornos con los mismos estándares que utilizan los clientes en sus propios centros de datos. Y es que hay miedo sobre cómo controlar quien accede a esos datos.
Pero, justamente, porque los proveedores de Cloud son un objetivo atractivo para ataques (debido a la variedad de datos que pueden estar almacenando), estas compañías destinan importantes recursos a seguridad. Después de todo, es su reputación la que está en juego, e incluso su negocio al completo si algo sale mal.
Utilizar Cloud no significa aplicar menos seguridad de la que se tendría in-house. De hecho, significa extender la propia seguridad hacia el entorno de la Nube y añadir a esta la que ofrece el proveedor Cloud.
Enviar los datos fuera, hacia la Nube, no supone que ya no estén bajo responsabilidad del propietario. Las compañías deben asegurarse de que cualquier política concerniente a la seguridad in-house se cumpla más allá de su perímetro físico también. Esto significa que las políticas que la empresa conoce y en las que confía deben ser cumplidas independientemente de dónde esté el despliegue y dónde se encuentre el usuario.
En seguridad Cloud todo se reduce a implementar protección a modo de ‘capas’, como las cebollas. Por ejemplo, mediante herramientas que son capaces de encriptar los datos antes de que entren en la Nube para luego aplicar métodos open source, como SAML, que pueden ayudar a controlar quién consigue acceso remoto mientras que se mantiene el control del directorio de usuarios. Asegurar que las propias políticas se cumplen independientemente de dónde están los datos proporcionará a la empresa la tranquilidad de saber que el negocio siempre estará seguro al adoptar Cloud Computing.
La Nube es tan segura como cada uno desee. ¿Por qué tendría que ser menos segura que la infraestructura propietaria? Dirigirse a la Nube puede proporcionar al negocio agilidad y flexibilidad, a la vez que mejorar el control y el acceso a las aplicaciones y datos. Simplemente, hay que garantizar que la seguridad de cada organización es tan elástica como la misma Nube.
