No, no estoy hablando de una escena de una película de zombis, con multitud de criaturas mutantes arrastrando los pies más allá de los bancos de mesas vacías a la caza de ejecutivos elegantemente vestidos. Borre esa imagen de su mente: estoy hablando del futuro de la oficina -¿Aún tiene sentido una oficina física en un mundo en el que el trabajo remoto está siendo adoptado por más empresas?
En los últimos tiempos ha habido mucha discusión alrededor de como «trabajo es algo que hacemos, no un lugar a donde vamos». Muchas compañías, incluyendo algunas de las marcas más de moda del mundo, han comenzado a seguir este precepto.
Estoy de acuerdo con ellos, hasta cierto punto: Tu deberías ser capaz de trabajar desde cualquier lugar – casa, oficina, cafetería, jardín, pub. OK, tal vez el pub es simplemente optimismo a ultranza, pero creo mucho que desde cualquiera sea el lugar que elijas trabajar, debes estar tan comprometido e integrado como lo estarías haciéndolo desde la oficina.
Dicho esto, creo que las oficinas físicas seguirán existiendo. De hecho, yo diría que no sólo hay vida en la oficina, pero que la oficina por ella misma se someterá a una reencarnación.
Trabajando en el año 2000
Si tienes curiosidad sobre el lugar de trabajo del futuro, simplemente compara la forma en que trabajamos hoy con la forma en que trabajábamos hace apenas 15 años.
En el año 2000, el trabajo estaba mucho más atado a la oficina física. Tu computador de trabajo era probablemente un computador de torre; hacías llamadas relacionadas con el trabajo utilizando un teléfono de escritorio y sólo podías acceder a tu correo electrónico de trabajo desde la oficina. Para la persona promedio, una vez que dejaba el trabajo del día, eso era todo. No había ningún mecanismo fácil para continuar trabajando desde casa.
Hoy en día, trabajo y no trabajo son más fluidos. La mayoría de nosotros llevamos smartphones 24/7, y podemos responder el email del trabajo con tan solo tocar un botón. Llamadas de voz y mensajes instantáneos relacionados con el trabajo se enrutan automáticamente a nuestros smartphones. Los ordenadores portátiles nos permiten llevar todo nuestro entorno de trabajo a casa o a donde quiera que vayamos. Conexiones de banda ancha ubicuas significan que podemos conectarnos a video conferencias prácticamente desde cualquier lugar.
Y sin embargo, aunque controvertido, creo firmemente que las oficinas físicas nunca desaparecerán por completo. En cambio, en un mundo donde el trabajo ya no está ligado a una localización física, el trabajo conjunto con sus colegas se convertirá en una opción con sus propios méritos en lugar de un requisito.
Las Oficinas Inteligentes son la base para el futuro
Imagina esa oficina del futuro cercano, el impacto de sistemas de comunicación inteligentes en la oficina será profundo.
Imagina un espacio de trabajo que es consciente de ti como individuo, sin importar si eres un empleado, socio, cliente o proveedor. Imagina una oficina que reconoce quien está entrando en el edificio, que tipo de acceso físico es requerido, qué dispositivos llevan con ellos, y qué información podrían necesitar.
Esta oficina te avisará cuando entra al edificio alguien que podría serte útil para un proyecto en el que te encuentras trabajando; y podría incluso, agendar automáticamente una reunión con esa persona. Piensa solo en todo lo que podría hacer esto para el engagement con los empleados.
La verdad es que el Internet de las Cosas y nuestro movimiento hacia Edificios y Ciudades Inteligentes ya están aquí.
Tomemos, por ejemplo, nuestra solución de iluminación inteligente. Avaya está colaborando con otras empresas en una solución que aprovecha el Ethernet cableado, poder sobre Ethernet y LED para hacer de la iluminación, una de las muchas «cosas» en una red habilitada para Internet de las Cosas. Los sensores en esta solución de detección de espacios llenos o vacíos, determinan las áreas que necesitan más o menos luz para una óptima experiencia del usuario.
Avances como estos y otros, harán de la oficina una opción más eficiente y atractiva para los empleadores y los empleados del futuro, y así, un lugar en el que probablemente se invierta más y desde el que se elija trabajar más a menudo.
Dado que las tecnologías de comunicaciones sofisticadas habilitan las empresas para obtener los beneficios de entornos más productivos y de colaboración, yo apostaría a que no veremos oficinas vacías (o zombis en ellas) en el futuro cercano o lejano.