En la era de la computación en la nube y la masificación de la banda ancha fija y móvil, los servicios de red cambian a velocidades difíciles de seguir por los planificadores de las empresas de telecomunicaciones. La flexibilidad manda, y lograr que la red responda de manera ágil en estos nuevos entornos se torna de importancia crítica para la rentabilidad y competitividad de las empresas.
Es en este contexto, que se está imponiendo entre los carriers, la idea de avanzar cada vez con mayor fuerza hacia arquitecturas de virtualización de red del tipo SDN (Software-Defined Networking).
En esencia, una SDN gira alrededor de los conceptos de:
- Programabilidad
- Separación de los planos de control y datos
- Gestión centralizada de los estados de red.
Los operadores van en ésta dirección entre otras cosas para dotar a sus redes de flexibilidad y elasticidad de manera dinámica y en tiempo real. La flexibilidad le permite al operador simplificar sus diseños físicos de red, porque los puede adaptar rápidamente a casi cualquier escenario tecnológico. La elasticidad lo habilita para adaptar la capacidad de las redes a cambios bruscos en la demanda de tráfico y sus patrones de comportamiento, sobre las mismas topologías de conectividad. La gran ventaja de hacer virtual una red es lo sencillo que resulta cambiar su diseño simplemente dándole “instrucciones”, de la misma manera que se codifica un programa de software. Se minimiza la intervención física en los nodos, y se pueden optimizar los tiempos de respuesta, tanto en los despliegues como en la operación cotidiana.
Para responder a estas necesidades, Alcatel-Lucent lanzó recientemente al mercado su novedoso Network Services Platform (NSP). Esta es la primera solución de controlador para SDN que unifica la automatización de servicios con la optimización de red de manera tal que los operadores puedan ofrecer servicios a demanda y costo efectivos de manera escalable.
En resumen, lo que Alcatel-Lucent Network Services Platform (NSP) le ofrece a los operadores, es una manera eficiente de definir, provisionar y activar los servicios de red a través de múltiples capas, servicios e infraestructura tanto física como virtual. También les ayuda a mantener altas la calidad del servicio y la eficiencia de red en forma simultánea, al adaptarlas inteligentemente y en tiempo real a los cambios en la demanda y los patrones de tráfico.