Internet de las Cosas, que básicamente integra sensores, sistemas de comunicaciones y procesamiento de datos en tiempo real, podría generar ahorros cercanos a los 500 mil millones de dólares, según estimaciones globales de Morgan Stanley Global Research.
Mauricio Sansano, socio y especialista en mercado petrolero de Grupo Pragma Consultores, explica: ‘La transformación digital de la que se habla para la industria energética no se basa en cambiar los procesos, sino en tener la información adecuada sobre la totalidad de la cadena de valor que ayude a mejorar, por ejemplo, la gestión de mantenimiento, con la consecuente reducción de los tiempos de falla y eliminación del downtime’.
La situación se da en el contexto de una industria energética fuertemente regulada y automatizada, pero con la baja en el precio del barril de crudo que ha puesto al desnudo las deficiencias operativas en distintos puntos del proceso productivo, y que provoca que el tiempo para hacer los ajustes se reduzca como pocas veces antes.
Dos factores han sumado más desafíos a la mesa de los CEOs de la industria energética, y también a todo el equipo directivo, incluyendo al CIO. Por una parte, las nuevas operaciones en el yacimiento no convencional han agregado complejidad a la industria porque requieren, entre otras cosas, resolver cuestiones técnicas nuevas. Por otra parte, a la complejidad operativa se suman las dificultades ya existentes, como lo son por ejemplo las fugas y robo de combustible en el sector del Downstream, que en mercados como el de Estados Unidos puede alcanzar un costo de US$ 10.000 millones al año. ‘Esta situación no es nueva, pero hoy la industria tiene menos lugar para dejar pasar semejantes pérdida’, señala Sansano.
‘La transformación digital no se trata de tener la última tecnología, sino básicamente de entender cómo utilizarla para resolver las necesidades del negocio’, apuntan desde Pragma. ‘Las empresas del sector energético, no sólo las petroleras sino también las eléctricas, por ejemplo, tienen enormes oportunidades hoy de combinar las nuevas tecnologías y habilidades para aumentar significativamente la productividad aportando a mejorar los resultados operativos. Para esto la cocreación de valor, que puede obtenerse con la trasformación digital, implica buscar tanto adentro de la empresa (los procesos internos de trabajo) como fuera de ella (los patrones de consumo de los clientes) las ineficiencias y necesidades insatisfechas que pueden ser abordadas con soluciones digitales’, concluye Sansano.