Amenazas de seguridad: combatirlas a nivel regional
Según el ‘Informe Ciberseguridad 2016, ¿Estamos preparados en América Latina y el Caribe?’, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de Estados Americanos (OEA), las principales amenazas en seguridad en Latinoamérica son el phishing, el malware y la piratería informática.
El cibercrimen cuesta al mundo más de 445 mil millones de dólares al año. Según el informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Intel Security (Center for Strategic and International Studies) y McAfee, ‘Net Losses: Estimating the Global Cost of Cybercrime’, esta cifra incluye tanto las ganancias de los delincuentes como los costos que suponen a las empresas la recuperación y defensa.
De acuerdo al Informe Ciberseguridad 2016 del BID, en Latinoamérica y el Caribe el cibercrimen cuesta alrededor de 90 mil millones de dólares al año. Lo más preocupante es que cuatro de cada cinco países no tienen estrategias de ciberseguridad o planes de protección de infraestructura crítica, dejando mucha de la información gubernamental, empresarial y personal de los usuarios en las manos de los cibercriminales.
Varios países latinoamericanos y caribeños están tomando pasos para combatir el cibercrimen pero es una tarea que no se puede hacer sólo a nivel nacional, tiene que ser a nivel regional y la cooperación es la clave.
A nivel regional, algunas de las conclusiones y sugerencias macro del reporte del BID incluyen:
– Continuos esfuerzos diplomáticos y cooperación internacional
– Desarrollo de capacidades contra el cibercrimen en todos los países
– Mejorar la cooperación en delitos cibernéticos y el intercambio de información sobre mejores prácticas, amenazas y vulnerabilidades
– Alianzas y medidas entre las comunidades académicas y empresariales
– Continuar la labor de creación de una base jurídica armonizada para abordar los delitos cibernéticos
– Una formulación continua de estrategias nacionales de seguridad cibernética
Las amenazas que están sufriendo actualmente las empresas no son nuevas, sino ‘viejas conocidas’. El problema al que nos enfrentamos hoy es que, dada la alta conectividad de todos nuestros dispositivos, el aumento considerable de conexiones a Internet y su uso intensivo hacen que las empresas sean vulnerables a diversas amenazas o combinaciones de éstas, como es el caso del phishing y malware; o la aparición de nuevas variantes con nuevas técnicas, como el caso de los ransomwares, que combinan malwares con potentes técnicas de encriptación de la información, para luego pedir un rescate por la información comprometida.
En relación a las amenazas que mencioné para Latinoamérica, phishing, malware y la piratería informática, podríamos decir que ponen a todos los sectores en riesgo, pues las empresas manejan información sensible para su negocio, por lo que cualquier robo de información que puedan sufrir podría impactar negativamente en su negocio.
No solamente me refiero a efectos económicos, sino al impacto en prestigio, confiabilidad y reputación de marca. Esto, por supuesto, incide en mayor medida en empresas grandes, entidades financieras y entes gubernamentales.
Actualmente, todas las empresas cuentan con una gran cantidad de dispositivos conectados, que pueden ser víctimas y pasar a formar parte de una gran Botnet. Esto nos demuestra que todas las empresas tenemos que estar preparadas para contrarrestar de la forma más eficiente posible todo tipo de amenazas. Por ello, es bueno recordar que la seguridad no solamente está vinculada a la tecnología, sino también a las personas, lo que significa que los especialistas en seguridad deben capacitarse y actualizarse continuamente con el acontecer en el área, para de esta forma ser cada vez más eficientes en la prevención y mitigación de incidentes.
¿Cuáles son estas amenazas?
– Phishing: modelo de abuso informático cuyo fin es obtener información confidencial de forma fraudulenta. Actualmente, uno de los medios más utilizados en este tipo de amenaza es el correo electrónico.
– Malware: software malicioso, creado con el fin de infectar computadoras y servidores para extraer información, borrarla, modificarla, etc. Una particularidad de este tipo de amenaza es que trata de pasar desapercibida al usuario legítimo del sistema, para así poder hacer más daño.
– Piratería informática: es el uso de software licenciado y pago sin haberlo adquirido legalmente, pudiendo utilizar para su activación códigos robados, Key Generators, parches, etc. Es una gran fuente de amenazas, ya que el software se baja de algún sitio de descarga de procedencia desconocida, y uno nunca está seguro de qué más pueden traer las Key Generators o los parches de activación, o si realmente sólo quieren hacer lo que dicen hacer.
¿Qué pueden hacer las empresas para combatirlas?
– Prevención: contratar un proveedor de servicios que pueda ser un aliado en proteger los datos e información crítica antes de que ocurra un incidente, y que pueda llevar a cabo un análisis de áreas de debilidad.
– Entrenamiento: es importante entrenar a sus colaboradores en las mejores prácticas relacionadas a la protección de información empresarial y de los clientes. Por ejemplo, cambiar regularmente las contraseñas y asegurarse de que todas las computadoras estén configuradas de forma segura.
– Plan de contingencia: también es muy importante que las empresas tengan definido y probado un plan de contingencia ante cualquier tipo de amenaza, porque en materia de seguridad informática uno no puede estar 100% protegido. Y saber qué hacer ante un incidente y actuar en el momento adecuado puede lograr minimizar el riesgo y el compromiso de la información.