Automatización total de procesos industriales, mejorar la experiencia de los consumidores mediante la digitalización, reducción de los embotellamientos de tránsito vehicular mediante semáforos inteligentes interconectados a través de protocolos de internet, un conocimiento más detallado de los periodos de siembra y cosecha, entre muchos otros usos, es lo que la digitalización está haciendo posible y se asume como una nueva revolución industrial, la cuarta, basada en la tecnología de información que integra las cosas, procesos, personas y datos.
En este sentido, Cisco a nivel mundial encabeza los esfuerzos para lograr que cada vez más personas y procesos estén conectados, con lo que comienza a modificarse el enfoque que la sociedad tiene de su entorno al elevarse el nivel de vida de las personas, no solamente en los países desarrollados, sino también en regiones como América Latina, en donde hablamos de nuevos procesos nuevas oportunidades, ahorros en tiempo y dinero e impactos palpables en las actividades diarias, desde salud, servicios, educación, seguridad.
En diversos foros organizados por Cisco se han presentado casos prácticos del proceso de digitalización industrial, como los sensores en redes de agua potable que pueden detectar fugas, los que permiten regular el alumbrado público o donde el servicio de recolección de basura se lleva a cabo de manera inteligente. Los beneficios comienzan a ser tangibles ya que por ejemplo a compañías generadoras de electricidad les permite detectar desperdicios de luz o casos donde se han reducido niveles de contaminación por los semáforos cuyos sensores agilizan el tránsito.
Las experiencias de servicio cambian, pueden ser más rápidos más precisos, o incluso los propios datos generados se pueden analizar para saber hábitos de compra, como también preferencias o incluso detectar antes de que salga al mercado un problema en un producto que puede ser retirado inmediatamente antes de que salga a distribución.
El mundo vive un cambio profundo con la digitalización que abre las puertas para un futuro con cambios más acelerados en beneficio de la población y del desarrollo de la industria global. No hay duda, vivimos una nueva revolución industrial en este inicio del siglo XXI.