Es común ver como las personas detallan en las redes sociales cada paso de su vida. Cuentan: ‘Salí de Casa’, ‘Ceno en tal restaurante’, ‘Cambié mi auto’. No solamente comparten todo tipo de información personal, sino que además lo realizan desde múltiples plataformas. Según IDC, en 2016 más del 55% de la población de América Latina ha estado conectada.
Si a ello sumamos que, acorde a investigaciones extranjeras, el 1% de las contraseñas se puede ‘adivinar’ en menos de 10 intentos utilizando métodos estadísticos, las personas necesitan tomar precauciones en su vida digital. Pues cada uno de los detalles que comparta vía Internet pueden ser utilizado por ciberdelincuentes.
Algunas formas de prevenir o evitar ser víctima de un fraude o un ataque son:
– Actualice sus claves, utilice una que sea simple de recordar, pero no considere su nombre, el de su mascota o su cumpleaños. Tampoco las anote en ninguna parte.
– Nunca envíe contraseñas ni datos de tarjetas de crédito, cuentas bancarias o similares por email. Ninguna entidad seria se los solicitará por ese medio. Y si recibe un mail que parece legítimo y requiera ese tipo de información, no envíe esos datos.
– No use la opción ‘guardar contraseña’ en las pantallas iniciales de sitios de Internet.
– Use siempre su computador personal y no realice transacciones desde lugares públicos o redes inalámbricas públicas.
– Evite usar dispositivos USBs, como Pendrives o tarjetas de memorias, y usarlos en computadoras públicas.
– Fíjese en los íconos de certificados de seguridad: suele ser un candado en la barra del navegador o en que la url comience con https.
– Actualice periódicamente su antivirus y antispyware, así como los parches de seguridad de su(s) navegador(es).
– Mientras más software tenga a su disposición (firewall, antivirus, antispam, detección de intrusos, etc.) menor será el riesgo al que se verá expuesto, pero nunca utilice software ilegal para protegerse.
– Desconfíe de las aplicaciones que le prometen mostrarle quiénes lo han eliminado de alguna red social.
– Desconfíe de los enlaces: verifique el dominio al cual apunta un link antes de hacer clic o enviar datos a un mail.
– No suba ninguna foto o imagen a la red que pueda comprometerlo seriamente.
– Lea detenidamente los alcances de los servicios gratuitos.
Recuerde que lo que se publica en Internet se queda allí. Por ello, ser precavido y mantenerse informado es siempre la mejor herramienta para evitar ser víctima de acciones fraudulentas.