Opinión

Luces y sombras de la nueva economía digital

Las economías basadas en el pago sin dinero no representan una novedad. De hecho, en muchos casos, unos cuantos billetes y/o algunas monedas perdidas en el bolsillo del pantalón son el último resquicio de una época pasada en la que el tamaño de la billetera marcaba -con mayor o menor índice de acierto- el grosor de la cuenta corriente.

En la actualidad, una buena parte de las transacciones se realizan a través de tarjetas de crédito y el incremento de las plataformas de pago digitales ha elevado también el pago online, convirtiéndolo en una commodity y, en algunos casos, en un mecanismo de inclusión, al permitir que las personas accedan con mayor facilidad a los servicios financieros.

De igual forma, la instauración de monedas virtuales permite disponer -virtualmente- de dinero en todo momento (24/7) sin tener que depender del horario de apertura de un banco o de otras limitaciones físicas. Además, el dinero móvil puede ayudar a reducir el costo de las remesas internacionales (en un 50%, según indica GSMA en su informe Driving a Price Revolution: Mobile Money in International Remittances) y hacer más sencillo y menos oneroso la realización de transferencias bancarias internacionales o de micropagos.  

CAT

A raíz de estas ventajas, es entendible que la adopción de criptomonedas, como el Bitcoin, vaya en aumento rápidamente. Y es que aunque hasta ahora siguen representando una parte relativamente pequeña del sector financiero (7.000 millones de USD en comparación con los 1,4 billones de USD que están en circulación, según un informe del FMI) su uso crece diariamente. En LATAM, por ejemplo, el número de empresas dedicadas a instalar y a operar cajeros automáticos para la compra y venta de Bitcoins progresa a buen ritmo.

Sea como fuere, lo cierto es que a medida que la revolución del pago digital gana impulso, los ciudadanos comienzan a mostrar su preocupación por la seguridad de estas plataformas, ya que un rápido aumento en su uso podría atraer a los ciberdelincuentes.

Mejores prácticas en una economía sin efectivo

Como ocurre con la mayoría de las estrategias de seguridad cibernética, las plataformas de pago digitales son seguras cuando están debidamente protegidas. Con esta idea en mente, A10 Networks recuerda las mejores prácticas para garantizar que sus opciones de pago y su dinero permanezcan seguros.

– Más allá del simple nombre de usuario y la contraseña, utilice siempre autenticación de doble factor para acceder a su información financiera online y digital.

– De estar disponible, use medidas biométricas de seguridad, como la identificación por huella dactilar

– La autenticación basada en tokens es una opción ideal para mantener datos e información ocultos.

– Comprobar la seguridad de los dispositivos sobre todo si van a ser utilizados para pagar. Al navegar por la web, evitar sitios sospechosos o abrir correos de procedencia dudosa que podrían contener ataques de phishing.

– No desvelar detalles financieros en correos electrónicos o por teléfono, ni responder a correos o llamadas de su institución financiera.

– Utilice únicamente proveedores de aplicaciones de pago online que fomenten el uso de la contraseña por parte de los clientes.

– Confiar solo en proveedores que aseguran proteger sus redes frente a ataques DDoS para evitar que sus servicios de pago se encuentren indisponibles por un ataque masivo.

¡MANTENGÁMONOS EN CONTACTO!

Nos encantaría que estuvieras al día de nuestras últimas noticias y ofertas 😎

Autorizo al Prensario y a los anunciantes a almacenar los datos solicitados y acepto que puedan enviarme comunicaciones de sus productos y servicios. *

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Botón volver arriba