No voy a decir nada nuevo si aclaro que FINTECH nace de la unión de 2 palabras: Finance y Technology. Lo interesante es lo que la asociación de estas 2 palabras representa: el objetivo del nuevo negocio creado no sólo es un nuevo producto financiero (o una nueva mirada sobre uno existente, sino, y casi diría fundamentalmente, que pone énfasis en la forma en que se hará masivo ese servicio, a través de qué medio tecnológico y qué innovación aporta. Este es el eje principal del nuevo producto a promocionar.
Para que sea exitoso debe ser masivo, para ser masivo debe tener una funcionalidad claramente distintiva y una interface amigable. Y para esto debe ser capaz de utilizarse en cualquier dispositivo móvil.
Primer desafío: buscar el nicho del negocio, un segmento lucrativo no explotado: metamonedas, búsquedas alternativas de financiamiento, portal único de pagos, monedero virtual, entre otros.
Segundo desafío: moldear el producto diferenciándolo de los demás, crear las aplicaciones para múltiples plataformas (Android, Windows, iOS) y medios (smartphones, tablets, computadoras, puestos dedicados en centros comerciales), generar los acuerdos comerciales y ser muy inteligente en cómo mostrarlo al mercado y alimentar el interés del público.
El tercer desafío es cómo lograr que esta “gran idea” realmente funcione y genere confianza en los usuarios. Están manejando su dinero. Quieren estar seguros de no ser estafados o robados “virtualmente”. Tampoco quiero dejar de mencionar que los datos que circulan entre bancos, entidades diversas y estas nuevas plataformas se comienzan a multiplicar en forma poco predecible. Aquí es donde la tecnología de comunicaciones juega un valor estratégico en hacer que la seguridad en cuanto protección de la información, la velocidad de las transacciones y la posibilidad de mover grandes volúmenes de datos entre distintos Data Center permite dotar de confiabilidad y disponibilidad a estas nuevas aplicaciones.
Ciena ha tenido un papel fundacional es este último desafío, brindando soluciones de transmisión desde pocas decenas de gigabit por segundo hasta decenas de terabits por segundo sobre un par de fibras ópticas (sí, solo un par); desde pocos kilómetros a miles, sumando la posibilidad de encriptación de la información sin importar sus protocolos con los más altos estándares de seguridad y certificaciones. Esta sólida base de comunicaciones permite y permitirá que muchas de las Fintech tengan éxito, enfocándose sólo en sus dos grandes desafíos: qué hacer y cómo difundirlo.