Ricoh propone ‘Additive Manufacturing’ o manufactura aditiva como beneficio para una amplia gama de empresas que trabajan con plásticos, metales y comestibles, apuntando a que sea parte de un sistema de negocios más integrados.
Javier Braun, gerente general para Argentina, explica: ‘Otro punto importante de lo que se desarrolla en este campo está relacionado con la producción. Trabajamos con nuestros clientes para personalizar la tecnología, optimizar los procesos e incluso inventar soluciones en cualquier parte del mundo’.
La empresa marca que, en combinación con la robótica y la AI (Inteligencia Artificial), la impresión 3D puede crear oportunidades especiales al centrarse en un concepto. Y, con los servicios de extremo a extremo que ofrece, las empresas latinoamericanas pueden tener un único punto de contacto para todo lo relacionado con la fabricación aditiva.
Esta tecnología, que encuentra impulsos importantes en el sector automotriz y aeroespacial, también hace posible la identificación de mejoras en las piezas a producir, antes incluso de su creación física, lo que permite a las empresas ser más creativas e innovadoras, al tiempo que ahorran en costos de producción, de tiempo y se ven capacitadas para mejorar su Time to Market.
En concreto, sus aplicaciones actuales incluyen prototipado rápido, herramientas de bajo costo, piezas complejas, cuidado de la salud, modelos arquitectónicos a escala, entretenimiento y ajuste personalizado para electrónica.
La expansión del uso de la manufactura aditiva (Additive Manufacturing) o impresión 3D en la fabricación de productos finales, la disminución del costo de las impresoras y el creciente uso de esta tecnología en áreas nuevas indica que su crecimiento seguirá siendo exponencial en los próximos años.