Internet de las cosas y la decisión inteligente
Las principales consultoras de tecnología, fabricantes y desarrolladores coinciden en que para el año 2020 los dispositivos de ‘Internet de las cosas’ (Internet of Things, IoT, por sus siglas en inglés) conectados llegarán a los 20.000 millones. Más allá del número, podemos afirmar que el impacto será importante y esta tendencia por la conexión continuará incrementándose con los años, afectando nuestra manera de trabajar, vivir y relacionarnos.
Algunas de las principales razones para justificar esto son los beneficios que encuentran las empresas. Por ejemplo, a través de estas soluciones se pueden realizar tareas de mantenimiento predictivo, optimizar la producción, gestionar recursos más eficientemente o desarrollar nuevos modelos de negocio para deferenciarse de la competencia. En el plano gubernamental permite reducir costos y aumentar la productividad pero, principalmente, se mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
Frente a este escenario y beneficios se podría conectar cualquiera de los dispositivos que conocemos. Sin embargo, antes de trasladar desarrollos e implementaciones de otros países y mercados hay que tener presente que, sin importar el sector, esto solo no alcanza, ya que el valor que se genere de los datos obtenidos de poco sirve si no se transforman en información útil. Es por esto que la decisión inteligente está en manos de las personas, ya que son ellas quienes determinan el beneficio que aportan los datos, el uso que se puede hacer de ellos y la transformación que experimentará la empresa a partir de su conocimiento y análisis.
El cambio cultural de las compañías será importante y se deberán evaluar modificaciones en los perfiles de los recursos humanos y, probablemente, habrá que crear nuevas áreas para combinar, de la mejor manera, los conocimientos del negocio tradicional con las transformaciones que producirán una implementación de este tipo. Otros puntos importantes serán, por ejemplo, la integración con los sistemas existentes y la evaluación de nuevos proveedores.
Finalmente, en el momento de incorporar soluciones de IoT habrá que tener una visión estratégica de largo plazo, con objetivos claros, que deben incluir pruebas de concepto, un análisis de los resultados y corregir el rumbo, si fuera necesario. Para alcanzar el éxito de los proyectos de IoT es clave que los proveedores, consultores y las empresas trabajen en conjunto. El conocimiento del negocio, de los procesos y los sistemas propios, combinados con la capacidad de consultoría, diseño de arquitectura, conocimientos tecnológicos y servicios, garantizarán resultados positivos y establecerán las bases para armar estrategias conjuntas de crecimiento para cualquier solución que se piense y despliegue.