Internet de las Cosas no pasa únicamente por conectar dispositivos u objetos que tradicionalmente no lo estaban, sino utilizar esto para obtener datos, reconocer patrones y tomar mejores decisiones de negocios. Internet de las Cosas permite el desarrollo y la comercialización de soluciones y productos más inteligentes, más seguros. El impacto que veremos en nuestra calidad de vida y en la productividad de las empresas será invaluable. Pero no es sólo eso, sino que aquellas compañías o ciudades que no incorporen este tipo de tecnologías, quedarán obsoletas frente a los demás jugadores.
Esta tecnología dejó de ser algo intangible, ya hay proyectos concretos. Existen soluciones de Smart Parking -que detecta lugares libres y ocupados, avisando a los conductores y evitando grandes pérdidas de tiempo para estacionar; Smart Waste -que implica dotar a los contenedores de basura de sensores para hacer una recolección más eficiente-; y Transporte urbano, que alerta a los pasajeros la inminente llegada de buses, trenes y subterráneos.
Imaginamos un futuro hiper conectado. Según un informe de Ericsson, para el 2022 va a haber 29.000 millones de dispositivos conectados a Internet a nivel mundial. De ellos, cerca de 18.000 millones serán dispositivos asociados a Internet de las Cosas. En este escenario, las ciudades inteligentes y las industrias –que están haciendo grandes inversiones para tecnologizar sus procesos- van a ser una pieza fundamental de la explosión de la conectividad.
Pero esto no termina aquí. Para IDC, una de las consultoras más importantes del mundo, las conexiones M2M (Machine to Machine, por sus siglas en inglés) -y que se refieren a la capacidad de los dispositivos para comunicarse entre sí, sin necesidad de que intervengan humanos- también están en crecimiento. Para ellos, en Argentina existen más de 1 millón de este tipo de conexiones y alrededor del 40% de ellas las opera la red de Claro.
Nuestra industria no sólo trata poner a disposición de las empresas y de los usuarios la última tecnología, sino también de poder adaptarlas a cada mercado local, a cada idiosincrasia en particular. El valor agregado que proponemos radica en poder identificar problemáticas y brindar soluciones adecuadas para mejorar los negocios, las comunicaciones, la vida de los ciudadanos.