Al hablar de PyMEs incluimos diversas realidades y, por lo mismo, diversos niveles de incorporación de nuevas tecnologías en las empresas. Sin embargo, todas están al debe en esta materia y todas deben incorporar las TIC en sus procesos. Es una necesidad de sobrevivencia para enfrentar el mundo actual y futuro, considerando el cambio profundo del consumidor, sus hábitos de consumo, la competencia global y local, lo vertiginoso del cambio tecnológico y la forma en que se relacionan socialmente las nuevas generaciones. El mundo productivo y comercial al que asistimos sufrirá cambios dramáticos en los próximos años. A modo de ejemplo, basta pensar en los cambios en la industria del retail. AliExpress, Amazon y otros conectan al productor y al comercio con los consumidores del mundo. Una amenaza gigante para el retail nacional tradicional.
Las PyMEs tienen necesidades comerciales en forma prioritaria, dependen del flujo de caja y viven apretadamente el día a día. Es relevante, entonces, incorporar tecnologías que le amplíen sus oportunidades de mayores ventas, contexto donde el comercio electrónico es un factor crítico de éxito. No obstante, el aumento de ventas implica tensar los procesos logísticos y, en las empresas manufactureras, tensa los procesos productivos.
Las tecnologías propias de cada negocio deben adaptarse en forma cooperativa, apoyando y potenciando los procesos que permiten generar un mejor servicio y producto al consumidor, idealmente una experiencia que lo sorprenda. La tecnología debe ser incorporada en función de la estrategia de cada compañía, de sus objetivos de negocio. Poco sentido tiene incorporar tecnología por moda o por la tecnología misma. La clave es que dependiendo de la naturaleza de la empresa será su necesidad tecnológica, es decir en función de sus necesidades competitivas.
Así, la transformación digital (TD) aparece como una necesidad para la sobrevivencia de las empresas en los tiempos que se viven. Es una forma de evolucionar en la manera de hacer los negocios, dado el cambio que ha sufrido el consumidor, sus hábitos de consumo, sus necesidades y forma de satisfacerlas. El contexto donde se desenvuelven las organizaciones está cambiando física, digital, social y económicamente (al menos). Esto implica necesariamente visualizar la TD desde una perspectiva global, estratégica, que afecta el modelo de negocio de las empresas, sus procesos y a las personas que producen bienes y servicios, incluso si éstas son de rubros tan diferentes como el productivo o de servicio.
Por ello, el énfasis para una correcta TD está en entender que ésta corresponde a un nuevo enfoque al realizar los negocios, brindar servicios o producir bienes o experiencias. Un enfoque que impacta, principalmente, a las personas (dentro y fuera de la organización), los procesos de negocio y, por cierto, se apalanca en tecnología que debe ser el medio y no el fin. Se debe colocar el énfasis en ubicar la tecnología al servicio de las personas, de los nuevos modelos de negocios como resultado del cambio tecnológico, económico y social, de sus procesos y de la estrategia de cada empresa.