QuadMinds, ¿por qué las empresas tienen que imitar a Netflix?

En plena era de la transformación digital, la popular plataforma de streaming de video encontró en sus propios clientes la respuesta para delinear nuevos productos. Stranger Things o Merlí son apenas dos ejemplos donde el uso de Big Data jugó un papel fundamental. Pero, ¿de qué forma las compañías pueden tomar este modelo y replicarlo en sus industrias?

Stranger Things, una de las series más populares de los últimos tiempos, fue diseñada en función de las búsquedas, ratings y elecciones que los usuarios habían realizado en la plataforma durante años. Para esto, la producción sabía que transformando las enormes cantidades de datos de los consumidores en información podía dar en la tecla con un producto lo suficientemente bueno para que fuese un éxito. Y así fue.

Algo similar deben hacer los tomadores de decisiones de las empresas -sin importar el tamaño o la industria a la que pertenezcan-. Son ellos quienes hoy en día están ante un enorme desafío: el de transformarse tecnológicamente, sin perder de vista su negocio.

Para ello, contar con datos detallados y en tiempo real de lo que ocurre es fundamental. La información no sirve únicamente a modo de radiografía de lo que sucede, sino que se transforma en un aliado fundamental para mejorar procesos de negocio, incrementar las ganancias y acrecentar la satisfacción de sus clientes.

Ahora bien. ¿Cómo puede una compañía mediana seguir este modelo? La respuesta es simple: incorporando tecnología.

Hoy en día ocurren dos grandes fenómenos que deben ser aprovechados. En principio, los bajos costos ponen a disposición de cualquier organización tecnología de punta a la que, en el pasado, accedían únicamente las grandes.

El segundo fenómeno es que Internet de las Cosas y el Cloud no sólo llegaron para quedarse, sino que permiten obtener, procesar y maximizar enormes volúmenes de datos, que transformados en información, pueden ser uno de los principales activos de la compañía.

De esta manera, una empresa dedicada a la logística, por ejemplo, podría utilizar sensores de Internet de las Cosas en sus camiones. Gracias a esto, quienes organizan las entregas pueden optimizarlas en función de la carga; los destinos; la urgencia de cada pedido; las rutas y el tránsito; y la disposición de su flota. Asimismo, ese encargado o encargada puede conocer el nivel de satisfacción de sus clientes y reducir las tasas de productos rechazados.

Así es como el uso de la tecnología en general, e IoT en particular, se puede retroalimentar de la información que ya existe para convertirla en un valor que permita optimizar los procesos de negocio de cualquier industria.

 
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