En la era de la Nube, la Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial, los desafíos para el outsourcing, o tercerización de servicios de tecnologías de la información, TI, son contundentes, porque es un mercado en permanente crecimiento, principalmente como consecuencia de la digitalización de los procesos dentro de las empresas.
De hecho, según un reciente informe de la consultora internacional Gartner, el gasto mundial de TI podría llegar a los 3 mil 700 millones de dólares este año, creciendo así un 6,2% respecto del año anterior. En ese escenario, el outsourcing de servicios TI llegaría, de aquí al 2020, a los 363 mil millones.
Chile no está ajeno a esa realidad de negocios. Cada vez son más las empresas que están invirtiendo y consumiendo tecnología y que optan por externalizar los servicios que se relacionan con las tecnologías de la información. Esto, al comprobar sus beneficios en términos de costos, flexibilidad y la posibilidad de estar a la vanguardia, sin descuidar su propio negocio. Todo lo contrario.
De acuerdo a cifras publicadas en el portal de estadísticas Statista, durante 2017 la función más subcontratada por los líderes de TI fue el desarrollo de aplicaciones de software. No obstante, el outsourcing de TI va desde un servicio de help desk hasta backups o auditorías, pasando por una migración de servidores.
Es claro: el outsourcing de TI tiene importantes desafíos para seguir promoviendo el ahorro de costos y la calidad, aportando un valor agregado que debe ir más allá de un buen servicio y una experiencia favorable y positiva para el cliente. Contar con profesionales expertos, especializados, certificados y al día, es clave. Así como también velar por la seguridad informática y de la información, ya que el cliente debe sentirse confiado y seguro. También es importante cumplir con los plazos y costos pactados.
El proveedor de servicios TI debe ser un socio estratégico y que su outsourcing se convierta no únicamente en un óptimo rendimiento, sino también en una ventaja competitiva para la empresa que lo contrata. En definitiva, hay que trabajar por entregar un servicio de excelencia.
Con todo, la transformación digital, así como la necesidad permanente de innovar, seguirán potenciando el outsourcing TI, el cual debe ser, además de lo ya mencionado, mucho más especializado y flexible. Las tecnologías no paran y esta tendencia tampoco.