Indra presentó en el Simposio Drone Enable 2 llevado a cabo recientemente por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en Chengdú (China) su visión sobre cómo integrar el tráfico aéreo convencional, ya de por sí complejo y congestionado, con el gran número de drones de todo tipo que aguardan a desembarcar en las ciudades y ocupar el espacio aéreo en los próximos años.
Se trata de un reto de importante envergadura para el que autoridades, industria y proveedores de servicios de navegación buscan respuesta urgente. De su resolución no solo depende la seguridad aérea, prioridad absoluta en el sector de la aviación, sino también el desarrollo de un pujante negocio que solo en Europa moverá 10.000 millones de euros en 2035 (SESAR European Drones Outlook Study, 2016), una cifra abultada pero que solo representa el punto de partida para este nuevo sector.
La propuesta de Indra, presentada en Chengdú por la ingeniera Patricia Hervías, fue seleccionada hace unos meses entre medio centenar de respuestas enviadas por empresas, centros de investigación y países de todo el mundo.
Tras analizar cuidadosamente todas ellas, la OACI, la agencia de la ONU que estudia los problemas de la aviación para promover normas y reglamentos comunes de aceptación general en todo el planeta, consideró que la visión de la tecnológica Indra es “una de las que mejor enfocan y dan respuesta a este problema” desde “un enfoque no convencional”.
Para la compañía, el creciente número de drones con usos profesionales o recreativos hará que, en el corto plazo, resulte imprescindible contar con sistemas de control específicos para gestionar el tráfico de drones, sistemas que en el sector son conocidos bajo el nombre de Unmanned Traffic Management (UTM).
Estos sistemas monitorizarán, regularán el acceso al espacio aéreo y comprobarán que las aeronaves que vuelan de forma autónoma o controladas desde tierra por un piloto siguen sus planes de vuelo, respetan las reglas del aire y no entran en conflicto con algún otro aparato.
El siguiente paso consistirá en abordar la integración de los sistemas UTM con los sistemas actualmente empleados para la gestión del tráfico aéreo convencional (sistemas ATM o Air Traffic Management).
Aunque en una primera fase ambos sistemas se desarrollarán independientemente, pronto será necesario incrementar de forma gradual el intercambio de información entre ellos, hasta alcanzar la integración completa. Conforme a la visión propuesta por Indra, este será un proceso dividido en cuatro fases, que concluirá cuando ambos tipos de aeronaves operen sin restricciones en el mismo espacio.
Aeropuertos y ciudades serán dos de las zonas más sensibles para la convivencia de las aeronaves tripuladas y no tripuladas, dado su carácter crítico para la seguridad. También las zonas afectadas por catástrofes o emergencias requerirán especial atención, dado que en ella operarán de forma indistinta un gran número de drones y aeronaves convencionales, realizando tareas peligrosas, a veces en condiciones de baja visibilidad, tal y como ocurre en el caso de la extinción de grandes incendios o rescates en el mar.
Para garantizar la protección de infraestructuras críticas, edificios oficiales o instalaciones militares será necesario disponer de avanzados sistemas antidrón, capaces de detectar la presencia de UAVs en zonas de vuelo restringido y tomar las medidas oportunas para contrarrestarlos.
Para Indra, garantizar la seguridad de las operaciones aéreas con drones resulta clave para poder aprovechar todo el potencial económico y de creación de empleo que aportará este sector.
Indra se encuentra en una posición inmejorable para dar respuesta a este problema. Es una empresa líder en el desarrollo de sistemas de tráfico aéreo, tecnología que ha implantado en 160 países. Esto le aporta una privilegiada visión global de la problemática y posibles soluciones. Al mismo tiempo, es una empresa que está desarrollando una familia propia de drones de distinto tipo. Trabaja además dentro de la Civil UAVs Initiative impulsada por la Xunta de Galicia en uno de los proyectos más ambicioso puestos en marcha en Europa para promover el desarrollo de drones civiles que mejoren los servicios que las Administraciones prestan al ciudadano.