Nunca se repite demasiado un cliché: el centro de datos es un componente vital para el futuro de las organizaciones. Las actividades de migración y modernización de la infraestructura a cargo del procesamiento y almacenamiento de datos son cada vez más críticas para las compañías que crean, expanden y buscan plataformas con el objetivo de apalancar sus estrategias digitales.
La competencia está por todas partes, llegando como un tsunami a cualquier industria. Más allá de eso, la disgregación de una industria llega generalmente de orígenes no muy obvios. La capacidad de responder es tan importante como la necesidad de posicionar su empresa en el vector de transformación dentro los mercados donde su organización actúa de manera proactiva y basada en innovaciones de TI.
La importancia del data center sólo aumenta y evoluciona en la medida en que la nube y la computación se establecen como prioridades, convirtiéndose en elementos básicos de cualquier estrategia tecnológica, ya sea de corto, mediano o largo plazo.
En una economía donde las relaciones y procesos están habilitados digitalmente y los datos, aplicaciones y dispositivos están por todas partes, las organizaciones deben aprender a manejar sus requisitos tecnológicos a partir de un enfoque más automatizado para reducir la complejidad operativa de la infraestructura, que puede convertirse en un cuello de botella y limitar el éxito de un desarrollo digital.
Irónicamente, traer simplicidad es un desafío complejo en los ambientes de centros de datos modernos, cada vez más dispersos y heterogéneos. Este dilema lo identificamos en organizaciones alrededor del mundo. En América Latina, el escenario no es diferente, vemos muchas compañías remanufacturando, reenvasando y reconfigurando aplicaciones y sistemas para hacerlos flexibles.
A fin de comprender mejor cómo la disrupción digital y cómo el contexto de multicloud llega a las empresas en América Latina, nos reunimos con diversos clientes y analistas de IDC en la región. Tanto la consultoría como los encuentros con clientes coincidieron en que las nuevas tecnologías y modelos de negocio exigen más de TI y eso hace crecer el desafío de integrar todo lo nuevo que tenemos con ambientes heredados, que acaban acarreando alta demanda operacional y se convierten en un problema para ofrecer nuevos servicios a los consumidores internos y externos. Esto sin hablar de los costos vinculados a la falta de simplicidad.
La agilidad comercial pasa inevitablemente por un área de TI más ágil. De acuerdo con IDC (leer el informe Cómo la transformación digital está redefiniendo las cargas de trabajo, la infraestructura y las operaciones empresariales), será cada vez más difícil atender demandas comerciales sin contar con herramientas que permitan la automatización y orquestación de diferentes entornos. Estos dos elementos son primordiales para garantizar la flexibilidad y agilidad, además de garantizar el control de costos en niveles manejables y mitigar riesgos de seguridad, a medida que el multicloud se hace realidad.