En los últimos diez años, uno de los adelantos más relevantes en tecnología ha sido la habilidad de analizar una gran cantidad de datos, a gran velocidad y escala, con el objetivo de extraer de ellos información valiosa para el negocio de una compañía. El Big Data ofrece la capacidad de entender el comportamiento de los consumidores y del mercado, que cambia tan rápidamente que no permite a las empresas basar su toma de decisiones en simple ‘intuiciones’.
Más allá de que muchas empresas han incorporado el análisis de datos a su estrategia, existe actualmente un desafío que no puede seguir siendo ignorado: La Cultura del Big Data. Esto es, la capacidad de impregnar de datos el proceso de toma de decisiones de una compañía. Es por esto que muchos CIOs están marcando como prioridad número uno construir una cultura basada en el análisis de datos.
Esta cultura empresarial de la nueva era tecnológica se ha transformado en un propulsor de las habilidades IT en las organizaciones, vinculándolas con los negocios. Para esto, grandes compañías líderes en el mundo han creado el rol del ‘Chief Data Officer’: un alto directivo encargado de asegurarse de que se utilicen correctamente los datos que se obtienen con las soluciones de Big Data, y si los mismos están favoreciendo al conocimiento del consumidor y sus comportamientos. Se trata de un ejecutivo responsable de que la estructura de datos sea eficiente y pueda enfrentar los desafíos del futuro.
Para que una empresa pueda incorporar el Big Data a su cultura necesita que sus equipos de colaboradores puedan adaptarse de manera equitativa a las demandas de la tecnología y las del negocio, gente que entienda de datos pero que al mismo tiempo pueda ver las oportunidades del mercado.
Alejandro Girardotti, director de Producto de CenturyLink Latam considera que ‘las empresas que construyen con éxito culturas basadas en datos se volverán cada vez más inteligentes y estarán más en sintonía con el comportamiento cambiante del mercado’.
Una de las ventajas más importantes de adquirir este tipo de cultura es que la ‘voz’ del consumidor toma el papel principal en la toma de decisiones, incluso más allá del punto de vista del CEO, ya que se obtiene información sobre los usos y preferencias de los mismos.
En una encuesta realizada por Direct Marketing News a 160 compañías globales del sector del Retail, se demostró que cerca del 60% de las empresas no utilizan actualmente el análisis de datos para impulsar las campañas de marketing. Por otro lado, casi uno de cada tres ejecutivos de las compañías entrevistadas dijo que no está seguro de cómo usar esos datos en las estrategias, lo que refleja una gran necesidad de educar en materia de análisis de datos a los responsables de marketing.
Según Girardotti, especialista en Big Data de CenturyLink, hay varios enfoques que los CIOs pueden adoptar para implementar una cultura de toma de decisiones basada en datos. Los mismos van desde cuestiones de agilidad tecnológica hasta factores psicológicos de los colaboradores. Además, es vital que cada compañía seleccione el tipo de datos que prefiere analizar, dependiendo de su estrategia de negocios. Por ejemplo, muchas empresas se concentran solo en los datos para gestionar el día a día con una visión más precisa del mercado.
Sin embargo, al enfocarse solo en una porción de información se puede perder de vista las tendencias a largo plazo. Por este motivo, el papel de los Chief Data Officer se vuelve esencial, convirtiéndose en actores estratégicos de esta era.
Finalmente, los especialistas en Big Data han llegado a la conclusión de que la forma en la que los ejecutivos utilizan los datos para enriquecer el negocio será el factor diferenciador entre aquellas compañías que se destaquen competitivamente en el futuro y las que no. Tener la capacidad de combinar el análisis de datos con habilidades blandas será un requerimiento para todo ejecutivo. Es por esto que CIOs de todo el mundo están apostando a los datos y los consideran su prioridad número uno al momento de priorizar inversiones.