El fenómeno social que hemos estado viviendo en Chile, y en cierta medida en el resto de Sudamérica, ciertamente no es tan fenómeno, sino más bien parte de un proceso cíclico de naciones que están en constante lucha por el desarrollo. Aunque sean de origen caótico, las manifestaciones de este tipo son, probablemente, un acelerador de cambios en todo nivel de la sociedad. En particular, para el mundo laboral, donde pueden modificarse las reglas y condiciones laborales del corazón de las organizaciones y sus colaboradores.
Si bien puede que no tengamos certeza de los resultados de este proceso, todo apunta a una dirección: mejores condiciones, mayor flexibilidad, más opciones y libertad. A nivel mundial, cada día son más las empresas que toman medidas en esa línea y puede que mañana ya no sea una opción, sino la única forma de hacer las cosas. Lograr un buen clima laboral, una buena relación entre colaborador y organización, o engagement, es fundamental para mantener un equipo sólido, con foco en los objetivos de la organización.
¿Cómo podemos mejorar el compromiso de nuestro equipo con la organización? El mejor momento es hoy, cuando la incertidumbre se encuentra en niveles altos. Un buen comienzo es brindar ciertas garantías a los colaboradores, claramente, dentro de nuestras posibilidades. Día a día nos toparemos con situaciones que nos desgastan o nos hacen perder el foco. Esto merma la productividad, aumenta la desconfianza y termina por reducir la fuerza con que empujamos nuestra propuesta de valor. No obstante, cuando logramos empatizar con nuestro equipo, este responderá de la misma forma, ya que entenderá que si nos mantenemos unidos seguimos a flote, todos juntos y con la vista hacia el futuro.
Efectivamente, en un ambiente incierto, invertir se vuelve una decisión difícil, por tanto, se debe optar por proyectos robustos que no fracasen ante una posible crisis, sino más bien que se adapten para llevar bien cualquier situación. En ese contexto, hoy existen muchas herramientas que podemos incorporar para facilitar la gestión del Capital Humano, la comunicación y responder de forma flexible y ágil a problemas cotidianos. Su buen uso nos asegura mantenernos centrados en el objetivo, de forma medible y, por tanto, controlable. Con ellas, también es posible medir cuánto nos afecta un problema en el sistema de transporte, para tomar precauciones y mitigar los efectos, por ejemplo.
Con todo, lo cierto es que se debe tener cuidado, pues la incertidumbre genera miedos y éste nos puede llevar a tomar la decisión fácil que rara vez es la mejor. Cautela puede ser la premisa, además de buscar las mejores herramientas para gestionar el Capital Humano y tornar la crisis en oportunidad.