La pandemia que estamos viviendo actualmente ha cambiado drásticamente nuestro día a día, la manera en la que nos comunicamos, nos divertimos, compramos, socializamos, nos alimentamos, trabajamos y ¿por qué no? nos educamos.
Durante las últimas tres semanas he estado expuesto a la “nueva normalidad” de la educación a raíz de la crisis mundial por el COVID-19 desde dos perspectivas diferentes: por un lado, como padre de familia de dos pequeños de 11 y 9 años, y por otro como profesor de tiempo parcial.
Como padre de familia he tenido la experiencia en mi propia casa de lo que significa ser “cliente” de educación a distancia y vivir en carne propia los factores tanto humanos como técnicos que se involucran para que los hijos continúen con su educación diaria pese a no poderse trasladar físicamente a un salón de clases.
Por otro lado, como profesor de tiempo parcial, he tenido la grandiosa experiencia de impulsar en mi comunidad la educación STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts, Math por sus siglas en inglés) mediante un proyecto en donde enseñamos temas de innovación y tecnología a niños y jóvenes, como programación, robótica, creación de apps y videojuegos, entre otras cosas. Habilidades que sé, por mi vida profesional, serán fundamentales para el futuro de los jóvenes.
Estas tres semanas han sido una “montaña rusa” de aprendizajes que van desde entender que los chicos no están acostumbrados a tomar a una clase desde su propia vivienda, que su casa debe tener las condiciones necesarias como un espacio de trabajo tranquilo que propicie la concentración y el aprendizaje, o entender que los padres de familia son eso: padres y no maestros sustitutos emergentes para tiempos de crisis como queremos que suceda.
Este tiempo me ha dejado experiencias muy valiosas acerca de cómo la tecnología puede ser el mejor aliado o el peor enemigo en la misión de entregar educación de calidad. En mi caso la elección de tecnología fue inmediata ya que era el pretexto perfecto para poner a prueba la herramienta que día a día utilizo para mis sesiones de colaboración: Avaya Spaces.
A continuación compartiré algunas de las experiencias que he recopilado a lo largo de estas semanas que espero sean de utilidad para aquellos que se dedican a esta noble labor de hacer llegar la educación a los niños y jóvenes, así como las razones de por qué considero que Avaya Spaces cumple perfectamente con estas necesidades.
Elija una herramienta que le permita a los alumnos conectarse en cualquier dispositivo (teléfono celular, tableta, computadoras, laptop, etc.)
El ingreso a la clase o sesión debe ser haciendo un solo clic, elimine la complejidad y pasos innecesarios.
La capacidad de colaboración persistente es muy útil. En el mercado hay muchas soluciones de video conferencia, la mayoría de ellas se enfocan solamente en la duración de la sesión y los datos que se hayan recopilado son desechados al finalizar la sesión. Por ejemplo, el historial de lo que se platicó en el chat, los archivos que se intercambiaron o las tareas pendientes son eliminados en cada sesión. Con Avaya Spaces el historial de chat, posts y tareas se preservan en el “espacio de colaboración”. En mi caso he creado espacios de colaboración para cada uno de mis grupos y ahí puedo consultar lo que hemos avanzado en cada clase.
Las clases se pueden expandir en cualquier momento y lugar. Con Avaya Spaces puedo mandar un mensaje a mis alumnos y ellos lo recibirán en cualquier dispositivo en ese mismo momento, con esto logro comunicarme con ellos de manera efectiva. He visto que muchos maestros utilizan aplicaciones adicionales como WhatsApp para seguir en contacto con los estudiantes. Pero con Avaya Spaces logro usar la misma herramienta para esto y además mantengo el historial de mis conversaciones. En lo personal considero que esta funcionalidad es la que cambia las reglas del juego.
La sesión de tareas me permite precisamente asignar tareas y monitorear el progreso de las mismas, así como asignar responsables. Eso es importante pues lo que he visto que ocurre es que los maestros ocupan varias herramientas adicionales a la de video colaboración para hacer esto y lo anterior ocasiona confusión entre los alumnos.
Con las promociones actuales cualquier institución educativa puede probar Avaya Spaces de manera gratuita y experimentar estos beneficios.
En conclusión, el reto de la educación a distancia es inmenso y la tecnología puede ayudar si se emplea de manera adecuada. En mi opinión, si usted dedica más tiempo a explicar la herramienta de comunicación y a lidiar con ella que a la clase misma es momento de evaluar alternativas. Avaya Spaces puede ayudarle a adaptarse a nuestra nueva “normalidad”.