El surgimiento del brote, y posterior expansión del virus Covid19 a nivel mundial, nos ha forzado a apoyarnos aún más en la tecnología. Si previo a este desafío se consideraba que los dispositivos que utilizamos se habían convertido en una extensión del ser humano, parece que no habíamos considerado realmente todo su potencial.
Las medidas de distanciamiento social, como una acción de prevención para evitar el contagio, nos han puesto el desafío de continuar operativos y productivos, no solo en el ámbito laboral, sino que también en nuestra vida cotidiana, e incluso en la orientación y cuidado de la población. No se trata solo de la masificación del Teletrabajo, también se está utilizando para la adquisición de bienes de primera necesidad de forma remota, así como también con el fin de atender a personas para el cuidado y contención del virus.
En este último punto, la robótica, un elemento que se observaba como algo futurista y distante, ha tomado un mayor protagonismo, teniendo presencia incluso en espacios comunes. Ya se ha visto sistemas de este tipo que operan en Taiwán, los cuales proveen a las personas de gel desinfectante, restringiendo el contagio y fomentando la prevención. En el mismo país se ha observado también robots que establecen el primer contacto con personas sospechosas de contagio, donde realizan los exámenes pertinentes para confirmar la presencia del virus en el paciente, previo a la interacción con el médico.
Corea del Sur también ha sido líder en esta materia. La tecnología 5G, que está presente en el país, ha sido clave en este sentido. Los robots operan a través de esta conexión de comunicación inalámbrica, teniendo, por ejemplo, la capacidad de tomar la temperatura recorriendo edificios públicos, sin contacto físico alguno con las personas examinada. No obstante, la labor de los robots en dicho país ha ido aún más allá, ofreciendo su apoyo en aspectos de la vida cotidiana. En los cafés y locales gastronómicos, se ha dispuesto de dispositivos que operan como camareros, dejando las órdenes de los clientes en sus mesas.
Tal como se menciona con otras tendencias, la ayuda que brindan los robots se hará más habitual. Los beneficios que otorga este tipo de tecnología, no solo vinculado al distanciamiento social, sino que también en términos de eficiencia, se han hecho más patentes que nunca. Es evidente que su presencia será mayor en aquellos países donde se producen, como los ya mencionados, no obstante, es importante que sus servicios se hagan presentes en todo el mundo, incluso aquí en Chile.
Su apoyo en los diferentes aspectos de la vida diaria ya son conocidos y han quedado más que expuestos a partir de esta experiencia. En el caso nacional, es un hecho que se harán presentes en aquellos aspectos donde la tecnología ya se encuentra enraizada, principalmente en actividades económicas claves y masificadas como logística, retail y atención al cliente. Éstas, corresponden a un escenario propicio para su desarrollo, por lo que no es raro que pronto nos veamos cara a cara en esta situación, y en especial, dado los actuales antecedentes de la pandemia.
Sin embargo, por más que estemos conscientes de su utilidad, solemos restringir una confianza total hacia la tecnología. Pasó con el Teletrabajo, donde hoy es una práctica masiva y totalmente aceptada, no era considerada como una actividad laboral eficiente ¿pasará lo mismo con eficacia de la robótica autónoma? ¿Seremos capaces de aceptarla en primera instancia? Lo veremos una vez que los robots se presenten en la puerta de nuestro hogar.