La actual crisis socioeconómica causada por la pandemia de COVID-19 desencadenará un impacto común para la mayor parte de las empresas: la pérdida del control de flujo de caja, como resultado de la interrupción de las entradas de ingresos y el mantenimiento de sus compromisos recurrentes. Sin embargo, un escenario es certero: las empresas más digitalizadas se muestran mejor preparadas para gerenciar sus operaciones en medio de la crisis.
Aun así, tenemos la oportunidad de dejar esa historia con un nuevo nivel de productividad y aprender de los procesos que serán reinventados en el momento de la crisis. La sensación de urgencia añadida al escenario de incertidumbre tiene mucho que enseñar. La necesidad es la madre de la invención.
El acceso al crédito, por ejemplo, que siempre ha sido importante, pasa a ser una cuestión vital en este momento, el oxígeno de las empresas. Y la solución para este problema puede ir más allá de los caminos tradicionales: estamos hablando de innovación.
En este escenario, la tecnología y los datos pueden marcar la diferencia para mantener saludable el flujo de caja de la empresa. La tecnología permite operar de manera remota, mejor la experiencia del usuario y amplía significativamente la capacidad de distribución al mismo tiempo que reduce los costos.
Los datos tienen un papel aún más importante: arrojan luz sobre el análisis de crédito. La gran cantidad de información que viaja en los sistemas de gestión, permite un análisis basado en un vasto historial de transacciones recurrentes y complementarias de cuentas por pagar, cuentas por cobrar, niveles de stock, nóminas que van mucho más allá de la foto de un simple balance, trae la película en lugar de la foto, el check-up en lugar de la radiografía. Resultado: mayor aprobación, mayores límites, menores tasas, menos incumplimientos.
En general, podemos decir con seguridad que la crisis no está empeorando precisamente gracias a la tecnología. En el momento más agudo de la crisis, la tecnología pasó a ser una especie de red de protección para el negocio, que permite mantener la rueda girando. Ya sea que se trate de mantener la actividad principal del negocio, o cuando consideramos el uso de datos para tomar decisiones financieras más seguras.
Pasada la peor fase, la tecnología también es lo que permitirá el crecimiento o la reanudación del mismo. Buenos ejemplos son la educación a distancia, la telemedicina, el trabajo remoto y el e-commerce, que están teniendo una adhesión acelerada ahora, y están aquí para quedarse. La tecnología es el único consenso de la crisis como factor determinante de sobrevivencia y los pasos futuros. El secreto será aplicar la tecnología intensamente para aumentar la productividad y creer más que nunca en el poder de los datos. Es un momento de reflexión, pero saldremos de la crisis mucho más fuerte. Aprovechemos la oportunidad que surge de la crisis.
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