La integración ágil como puente para la innovación

En el contexto actual al que nos enfrenta la pandemia existen muchas empresas que necesitan innovar velozmente para seguir operando y marcar una diferencia en el mercado. Frente a este cambio revolucionario y repentino, se ven obligadas a transformar totalmente sus entornos de TI para prestar los nuevos servicios digitales que los clientes desean, de mejor forma y en menos tiempo que la competencia.

Para que estas empresas puedan seguir entregando los servicios demandados por sus clientes, necesitan de la integración ágil, una solución que constituye una nueva forma de conectar las aplicaciones y los servicios en toda la empresa. La integración ágil combina tres funciones avanzadas de la arquitectura: la integración distribuida, las interfaces de programación de aplicaciones (API) y los contenedores, que promueven la agilidad, impulsan procesos nuevos y, como resultado, dan una ventaja competitiva.

Ofrecer una experiencia integral online y de calidad al cliente ya no es una cuestión de distinción, es una cuestión de supervivencia. La integración abre oportunidades casi ilimitadas para generar innovaciones en el mundo digital actual, y así transforma la competencia entre las empresas.

Pero, para seguir siendo competitivas, las compañías deben planificar los cambios e implementarlos en los sistemas de software con rapidez. Para esto, deben basarse en una infraestructura ágil que vaya mucho más allá y cree un entorno que comprenda todos los sistemas de TI, incluso el software heredado.

La integración no es un subconjunto de la infraestructura, sino que se trata de un enfoque conceptual de ella, que incluye datos y aplicaciones con sistemas de hardware y plataformas. Cuando la empresa coordina las tecnologías de integración con las metodologías ágiles y de DevOps, puede crear una plataforma que permita que los equipos de desarrollo cambien con la rapidez que exige el mercado.

Salir de la versión móvil