3 tecnologías que promueven la eficiencia energética

Por Pablo Domínguez, Gerente de Marketing & Ventas en Atlas Copco Argentina.

Desde hace años el aire comprimido es una de las fuentes de energía de mayor importancia y se emplea en múltiples procesos industriales por su seguridad, rapidez y facilidad de uso. De hecho, se estima que un 90% de las industrias lo utilizan en sus procesos productivos – como aquellos relativos a los segmentos de alimentos y bebidas, automotriz, textil, farmacéutico, energético, entre muchos otros. ¿Cuáles son las tecnologías que permiten optimizar su rendimiento?

– Conectividad 24/7: La Industria 4.0 y el Internet de las Cosas (IoT) se han combinado para generar dispositivos de comunicación que nos permiten monitorear en forma remota los equipos de compresión y tratamiento de aire. Cada equipo conectado envía más de mil datos cada hora sobre la operación en planta. En este sentido, cada uno de ellos permite diagnosticar la performance de los equipos, coordinar con mayor antelación las necesidades de mantenimiento, detectar fallas en forma temprana y sugerir soluciones.

– Algoritmos y sensores: el uso de la información permite identificar una posible falla en los equipos a partir de indicadores anormales de funcionamiento (KPI´s). Esto se puede lograr por medio de SMARTbox, un aparato que se conecta a cada compresor con el objetivo de permitir la transferencia de datos entre los diferentes equipos y la nube. Por otra parte, los controladores o gerenciadores centrales son equipos que se montan en la sala de compresores con la finalidad de administrar la demanda de aire, la secuencia de arranque de los equipos y la duración de funcionamiento. ¿Con qué propósito? Estos aparatos están orientados a alcanzar mayor eficiencia energética, reducir el gasto de energía y la huella de carbono.

– BIG DATA: con un sistema basado en el almacenamiento de datos en la nube uno siempre sabe lo que sucede en la planta de producción. Hay dos formas de ejercer un control sobre la infraestructura:

Activa: significa que el operador tiene que tomar la iniciativa abriendo una aplicación o entrando a una página web para echar un vistazo a los datos.

Pasiva: el operador recibe una notificación si ocurre algo inusual; ya sea una alerta o incluso una sugerencia sobre cómo puede ahorrar energía.

El sistema de monitoreo remoto adecuado no solo le ofrece la información cuándo y dónde se necesite, sino que también permite tener un registro histórico de los KPIs relevantes –gráfico de consumo, ahorro de energía y disponibilidad de los equipos. El análisis de esta información sirve para, por un lado, optimizar los parámetros de funcionamiento, y por el otro, medir el consumo energético, la emisión de gases de efecto invernadero y la huella de carbono.

En un sector donde los volúmenes de datos son cada vez mayores resulta indispensable incorporar mayor conectividad y potencia informática, y un avanzado análisis de la información, de manera de capturar ventajas competitivas sustentables. En este sentido, a los efectos de poder aprovechar la tecnología a nuestro favor, el primer paso es realizar una auditoría en el consumo del aire para analizar la performance actual de la red y detectar oportunidades de mejora.

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