La irrupción del Covid-19 ha supuesto una importante paradoja: por un lado, nos vemos obligados a mantener un distanciamiento social; por otra parte, necesitamos más que nunca estar conectados. En este contexto, la tecnología está marcando un auténtico punto de inflexión en la forma de relacionarnos, impulsando a la biometría como una solución sencilla, cercana y segura para avanzar hacia la digitalización de sectores clave.
El uso del reconocimiento biométrico ya había despegado en América Latina antes de estallar la pandemia, pero la necesidad de evitar el contacto físico y el confinamiento han disparado la implantación de estas soluciones. No cabe duda de que se está produciendo un gran avance en el sector fintech latinoamericano, que ya contaba con un gran dinamismo.
Hasta el momento, FacePhi ha desarrollado más de medio centenar de proyectos en Latinoamérica. Algunas de las colaboraciones más importantes han nacido en el ecosistema empresarial de Argentina, uno de los países que más está apostando por la utilización del reconocimiento biométrico. Entre los proyectos más destacados, realizados junto a COMPUSISTEM, nuestro partner tecnológico en el país, se encuentran soluciones para bancos y entidades financieras como ICBC, Banco Santander, Balanz Capital, Garantizar, Swiss Medical, Banco del Sol, Banco Macro, Banco Comafi, Naranja X o Nubi.
Sin embargo, además de mejorar la experiencia del cliente, la biometría está descubriendo el potencial de su impacto social positivo. Recientemente, en FacePhi hemos desarrollado una iniciativa pionera con Banco Supervielle, gracias a la que los jubilados pueden cobrar sus pensiones cada mes sin desplazarse a una sucursal bancaria para dar fe de vida. De esta forma, con una simple foto al documento de identidad y un selfie, más de 140.000 usuarios senior pueden seguir cobrando su pensión en plena crisis del Covid-19.
El salto en digital que estamos viviendo ha llegado para quedarse. Más que nunca, necesitamos formas fáciles e inclusivas de conectar a ciudadanos, empresas e instituciones, y la biometría se ha convertido en uno de los principales protagonistas de este impulso.
