Es 2021 y la pandemia continúa. Sin embargo, estamos fortalecidos. Hemos recorrido varios meses de convivencia con el COVID: un tiempo de adaptación y aprendizajes.
A nivel de Recursos Humanos, la prioridad sigue siendo la salud y el bienestar de los colaboradores. Y contamos con herramientas probadas para seguir adelante con el negocio hasta estar vacunados e inmunizados.
Como balance 2020, en RH superamos los desafíos con agilidad y creatividad. Y la tecnología fue la mejor aliada que podíamos tener en un escenario de aislamiento físico; ella nos permitió continuar, trabajando en equipo, colaborando y co-creando nuevas formas de comunicación y cumplimiento de objetivos laborales.
Aprendizajes de RH a partir de la crisis de 2020:
1. El trabajo remoto es posible. Se demostró que el home-office es un formato eficiente para el negocio. Las empresas continuaron con el “business as usual” con una productividad similar o incluso superior a la que venían experimentando. Asimismo, muchas organizaciones han recurrido a formatos mixtos de trabajo remoto y presencialidad con total éxito.
2. Tecnología y conectividad son claves. La tecnología forma parte de la vida diaria. Y esto quedó comprobado también en los ámbitos laborales, muy especialmente para el management de las personas. La tecnología se coló por todas partes a partir de la pandemia. Explotaron las compras y los pagos electrónicos; tutoriales de recetas de cocina, de gym, yoga, canto, baile. A nivel de RH, se utilizaron nuevas aplicaciones para realizar reuniones cotidianas y hasta congresos y celebraciones; apps para medir clima laboral; otras para selección, entrevistas y onboarding de nuevos colaboradores. Capacitaciones online a la orden del día. En todo, la buena conectividad es imprescindible.
3. Comunicación y confianza, las dos “C” del éxito. En cualquier crisis la comunicación es primordial. Y lo fue aún más en un contexto de distancia social. La comunicación clara y franca fue (es) la mejor herramienta para un trabajo eficiente en equipo. Apelar a todos los canales de comunicación posibles para afirmar y reafirmar valores en medio de un escenario incierto (e-mails, What’s App, apps de todo tipo, redes laborales y sociales, etc.).
Y, desde luego, la confianza es fundamental para construir a futuro. Líderes que escuchan y comprenden a su gente, flexibles y precisos en sus requerimientos. Colaboradores comprometidos responden y actúan con coherencia y eficiencia, aunque “nadie los mire”.
4. El bienestar trae productividad. Al principio, la prioridad fue la salud en términos del “no contagio” de COVID. Luego, con encierro, incertidumbres, temores al contagio, la salud mental comenzó a tambalear. El bienestar contempla al ser humano como “todo”: cuerpo y mente. Para las organizaciones fue también un desafío contribuir al equilibrio anímico de su gente y hacerlo a la distancia.
Además de proveer los elementos necesarios para seguir trabajando desde casa con todo confort (envío de notebooks, sillones ergonómicos, contratación de plan de conectividad, etc.), hubo iniciativas de asesoramiento psicológico, entretenimiento (tanto solo de equipos de trabajo como con las familias), encuentro virtual con “condimentos” diferentes (recibir un desayuno para todos los miembros del hogar, congresos con sorpresas en el hogar, etc.). Los equipos de Recursos Humanos tuvieron que desplegar toda su creatividad para poder ayudar “a la distancia” a cada miembro de la organización según sus necesidades, con el fin de lograr el mayor bienestar posible a pesar de no estar en el mismo ámbito laboral.
5. Agilidad e innovación, esenciales para sobrevivir. Una crisis pone a prueba la creatividad. Surgen ideas impensadas para resolver desafíos inéditos. Y hay que hacerlo rápido para continuar en movimiento y no hundirse. Si el escenario cambia no podemos seguir haciendo lo mismo.
El crecimiento exponencial del e-commerce es una prueba de ello, un fenómeno que explotó en América Latina pero que se observó en todo el planeta. RH tuvo que actuar rápidamente para adaptar espacios, armar equipos (o burbujas) de trabajo, prever posibles crisis sanitarias y tomar recaudos para su prevención, para la disminución de contagios.
5 herramientas para enfrentar un nuevo año laboral con pandemia:
1. Limpiar el espacio de home-office. Nuestra casa seguirá siendo nuestro espacio laboral en 2021, entonces habrá que pensar en:
-Identificar áreas de productividad: Detectar el espacio más cómodo y propicio para continuar trabajando en el hogar (zona con mejor conectividad, mayor iluminación, más privacidad, etc.). Si tenemos muchas reuniones virtuales, mejorar el escenario en el que los otros me perciben (pocos elementos, todo ordenado y prolijo, sin puertas de fondo con distracciones, etc.) o diseñar un fondo corporativo.
-Escritorio: Considerar si se puede mejorar ese espacio calibrando alturas y distancias de monitores, sillas, carpetas, útiles y material de consulta.
-Acuerdos de convivencia: Mejorar las reglas de convivencia en casa, así como con compañeros y jefes. Eso servirá para optimizar los tiempos laborales y los familiares, generando menos estrés y más seguridad.
-Eliminar: Deshacerse de papeles y archivos (digitales) que no vale la pena conservar. Comenzar el año limpios y dispuestos a recibir nuevos retos.
-Agrupar: Determinar un solo espacio que concentre los elementos de trabajo. El orden físico contribuye al orden mental.
2. Considerar varios planos en simultáneo. Visualizar fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas (FODA) para armar un plan de acción 2021 exitoso. Debemos definir qué podemos cambiar, neutralizar y/o desarrollar en beneficio del negocio.
Pensemos en lo físico (espacios para que los colaboradores presenciales puedan estar cómodos y con cumplimiento de protocolos de prevención de contagio, fechas y lugares de vacunación en planta -en caso de ser necesario-, ajuste de equipos presenciales, etc.) y en lo virtual (provisión de elementos de trabajo y confort a los colaboradores, seguimiento de progresos laborales, apoyo psicológico a quien lo necesite, encuentros individuales y por equipos, actualización de contenidos de redes y portales internos y públicos, etc.). Siempre es importante escuchar a la gente para saber qué necesitan realmente, cómo se sienten y perciben su trabajo en este contexto, y determinar cómo contribuir a un mejor clima.
3. Acelerar los aprendizajes y la digitalización. Si vamos a seguir trabajando en forma remota, las herramientas digitales son fundamentales para continuar con el “business as usual”. Y los espacios físicos de trabajo se multiplican: ya no se trata solo de la empresa sino de cada hogar de los colaboradores que trabajan en forma remota.
Hay que evaluar qué tecnologías puede operar cada uno y si necesitan capacitación para potenciar su uso, así como si pueden asumir nuevos roles en un nuevo escenario de trabajo virtual, según sus habilidades.
4. Fijar metas posibles. Apuntar alto, pero con realismo. Los objetivos de los equipos y los individuos deben ser alcanzables, y el líder (también el área de RH) debe proveer los elementos necesarios para lograrlo, además de la motivación que cada uno necesita. El objetivo de negocios debe trascender lo estrictamente económico; hay que definir un propósito, un ideal elevado con impacto positivo en la vida de las personas. Una mayor identificación del colaborador con la empresa y su misión, contribuye a una experiencia laboral trascendente.
5. Agendar algo de diversión. No todo es obligación y trabajo. La diversión, el esparcimiento, la actividad física por placer y el ocio son fundamentales para recargar energía y estimular la creatividad.