La pandemia global por COVID-19 ha estresado a industrias y empresas, obligándolas a modificar sus modelos de negocios, elevando la importancia de los datos digitales, su gestión y administración, además de la infraestructura tecnológica que los soporta, a un nuevo nivel de relevancia.
Así es como las compañías se han visto en la necesidad de acelerar sus procesos de transformación digital. Según un estudio realizado por IDC, cada 10 minutos se conectan más de 1,5 millones de dispositivos en el mundo. En lo que respecta a los datos, este 2021 habrá más de 44 zettabytes de información disponible (un zettabyte equivale a 1.000 millones de terabytes), y 30 billones de dispositivos conectados.
Sin embargo, tan sólo para 5 años más, en 2025, IDC proyecta que en el planeta existirán 80 billones de dispositivos conectados, y que la cantidad de datos disponibles será de 180 zettabytes, más de cuatro veces lo existente hoy.
En este escenario, hoy se plantea que los datos son el nuevo petróleo del Siglo XXI, aunque esta comparación se puede quedar corta. Cuando logramos refinar nuestros datos, utilizarlos para alcanzar un resultado, este dato resultante es de mucha mejor calidad y puede ser usado para generar un nuevo trabajo, más eficiente y con nuevos alcances, así que se transforman en una fuente inagotable de innovación. De esta forma, los datos se convierten en el “Nuevo Sol”.
Por lo tanto, para obtener el mayor rendimiento de estos activos digitales, es necesario implementar una efectiva estrategia de datos, que tenga como objetivo desarrollar mejoras en los negocios. Se debe personalizar la experiencia de los clientes, acelerar los tiempos de respuesta en los servicios, mejorar las estrategias de compra de los consumidores y aumentar la productividad.
De esta forma, los datos se han transformado en la energía que puede impulsar la innovación empresarial, determinando el futuro, y también el éxito de las empresas.
¿Cómo Hacer Rentables los Datos?
DataOps es un nuevo enfoque para la gestión de datos, fuertemente impulsado en la industria por compañías como Hitachi Vantara. Es una metodología que reúne a todos los participantes que manejan los datos, ya sea desarrolladores, ingenieros de datos, científicos de datos, analistas y/o usuarios de negocios; todo para ayudar a que las empresas tomen decisiones basadas en los datos correctos, en el lugar correcto, y en el momento correcto.
Sin embargo, según una encuesta realizada a gerentes de tecnología de grandes empresas en Estados Unidos, respecto a cuán preparada creen que tienen su infraestructura para el futuro, un 43% dijo que no están listos para los desafíos venideros.
Hoy hay que pensar en la infraestructura de una manera estratégica para el negocio, como los cimientos que van a soportar todo el proceso de transformación digital, de lo contrario, no se obtendrá el resultado que se espera.
Dada la importancia de contar con una infraestructura adecuada a los actuales requerimientos tecnológicos que impone la era de la digitalización, es fundamental que ésta cumpla con ciertas características fundamentales.
Primero, debe proveer soluciones de almacenamiento y tener disponibilidad permanente de toda la información que guarda. Segundo, ser escalable y permitir el crecimiento para cualquier tipo de iniciativa comercial. Tercero, debe ser flexible, y poder adaptarse a las necesidades de conexión a diversas aplicaciones al mismo tiempo. La cuarta es performance y, por último, debe ser simple de administrar, con herramientas de Inteligencia Artificial que permitan hacer crecer el negocio al ritmo que se requiera.
Hay diferentes maneras de consumir la infraestructura. Como, por ejemplo, una tendencia híbrida muy fuerte en el mercado, con sistemas Cloud, de Data Center, o servicios tercerizados; y esto permite seguir avanzando y mantener dinámicas de crecimiento no disruptivo con los clientes.
Finalmente, aunque los datos sean considerados el “Nuevo Sol” en la era de la transformación digital, igual de importante es contar con una infraestructura tecnológica que permita obtener de ellos el máximo potencial productivo.