En los últimos años, América Latina se ha convertido en una zona de especial importancia para la expansión internacional de las empresas debido a que es un mercado en el que diversos sectores pueden mantener una ventaja comparativa frente a otros competidores; y gracias a la globalización, cada vez nacen nuevas formas de llegar a nuevos horizontes de forma práctica y menos costosa.
Hoy, con la llegada de la pandemia de Covid-19 y la crisis económica derivada de ella obligarán a proyectos de reciente creación a ir más allá de los mercados donde nacieron, por lo que tendrán que recurrir a estrategias y acompañamiento en el proceso de internacionalización acelerado, para lograr un aterrizaje exitoso y orientar sus esfuerzos a actividad principal en el país destino.
Para lograrlo, Grupo Soluciones Horizonte (GSH), compañía colombiana experta en este campo, recomienda que las empresas y emprendedores contar con aliados estratégicos y soluciones integrales como el softlanding, que consiste en una serie de herramientas para que el inicio de operaciones de una compañía en otro país se realice de manera eficiente, fácil y segura, reduciendo riesgos de inversión económica.
Andrea Villamizar, CEO de GSH, señala: ‘Para la internacionalización empresarial, se debe trabajar en tres vertientes. Primero, asesoría empresarial para desaparecer barreras, desde lo legal, laboral, fiscal y tributario. Segundo, gestión del talento, pues es con este que se logran los resultados, contar con todo el ciclo operativo, pero a su vez estratégico de los recursos humanos; y tercero, la construcción de una estrategia corporativa, con un plan de marketing interno y plan de comunicaciones ajustado a cada cultura’.
Asimismo, con el desarrollo y facilidades que las organizaciones pueden encontrar en México y Brasil, por ejemplo, Colombia (el tercer país más poblado de Latinoamérica y cuarto dentro del Índice de Competitividad Global, con más de 50 millones de potenciales consumidores) es actualmente un mercado emergente y dinámico que ha crecido a una tasa superior en la región, gracias a este tipo de prácticas empresariales, asequibles, transversales y para cualquier tipo de empresa, no solo en tamaño sino en actividad comercial, como las pequeñas y medianas empresas (PyMEs).
Andrea cierra afirmando: ‘En definitiva, contar con un aliado estratégico le dará total tranquilidad en todos los sentidos, desde conocimiento sobre las regulaciones y las leyes del nuevo mercado, pero también resulta importante acceder a una red de clientes, asesores y potenciales inversores, contar con un domicilio fiscal y espacios colaborativos, luego pensar en arrendar una oficina en muchos casos será la última prioridad. Todo en la vía de representar ahorros de tiempo, dinero y esfuerzos para el negocio en expansión’.