El índice de Brecha de Género 2020 del Foro Económico Mundial señaló que tomará 257 años para que se equipare la brecha salarial entre hombres y mujeres, una cifra que en una primera revisión puede ser bastante desalentadora. Ahora bien, es importante comprender que los cambios sociales e históricos no suceden de la noche a la mañana, sino más bien son parte de un proceso que se vincula directamente con nuestra madurez y con las realidades geográficas y culturales que se experimentan en distintas partes en el mundo.
Pero lo importante es continuar siendo optimista, además de confiar en la capacidad del ser humano, uno que está en constante evolución. Incluso, los cambios sociales que hoy estamos experimentando y que involucran nuevos paradigmas tecnológicos han estado sucediendo a lo largo de una década, es decir, se están acelerando los periodos de cambios en la historia.
Hoy hablamos de convertibilidad en torno a la innovación y términos como la Nube, 5G, inteligencia artificial y ciberseguridad no eran parte de nuestro léxico hace más de diez años. Sucede algo similar con la equidad de género, desafío que estamos interiorizando en diversos niveles y en cada una de las realidades en donde nos movemos. Hoy somos más conscientes y responsables hacia dicho desafío.
Además, hay cifras muy positivas que hablan de estos cambios. Por ejemplo, en el sector tecnológico a partir del estudio “¿Dónde estamos ahora? Entendiendo el rol de las mujeres en la tecnología”, realizado por Kaspersky, se reveló que 67% de las mujeres que trabajan en el área de la tecnología en Latinoamérica consideraron que sus habilidades y experiencia fueron más relevantes que su género al aspirar a puestos de trabajo. Otro antecedente interesante de las profesionales encuestadas es el 71% que consideró que sus opiniones son respetadas en la industria TI.
El escenario indicado no debiera extrañarnos, en especial al tener en consideración que hay muchas mujeres que han sido sobresalientes en el progreso del ámbito TI y en la creación de softwares. Tenemos importantes ejemplos como Anna Shipman, desarrolladora de software que es muy destacada en Inglaterra, y que además se desempeña como Directora Técnica para Customer Products en el periódico Financial Times. Otro referente es Mala Gupta, quien es una de las expertas mundiales en certificación Java y una apreciada oradora en eventos relacionados con nuevas tecnologías y desarrollo de softwares. También tenemos a mujeres líderes como Carly Fiorina, quien fue CEO de Hewlett-Packard y posteriormente logró posicionarse como una destacada empresaria y figura de la política estadounidense.
Hoy es un deber moral y social reconocer el valor y la importancia de las mujeres, además de su contribución a la sociedad desde diversas áreas, especialmente las que se vinculan con las tecnologías de la información. Luchar contra los prejuicios de género y ayudar a crear un mundo más inclusivo es una responsabilidad del sector público, privado, la academia y la sociedad civil. Y el ámbito tecnológico también tiene la tarea de seguir aportando al desarrollo de este nuevo camino.
La clave es continuar trabajando desde una mentalidad colaborativa entre hombres y mujeres junto con el incentivo a programas que promuevan el liderazgo femenino. A ello se suma el desarrollo y fortalecimiento de las políticas de diversidad e inclusión para la comunidad LGBT, la implementación de políticas de compliance, la creación de redes colaborativas y el fomento de puestos de trabajo de primera línea liderados por mujeres. Estos elementos son muy relevantes, ya que fomentan el desarrollo de ecosistemas más creativos y originales.
En Infor hemos trabajado con mucho esfuerzo en torno a los ámbitos descritos, ya que comprendemos que la reducción de la brecha de género es un motor para el crecimiento no sólo de cada uno como individuo, sino también para el PIB de cualquier país. La igualdad de género es sinónimo de ambientes laborales más inclusivos y comprometidos, y también mejora la atracción de talento y es tierra fértil para la generación de nuevas oportunidades de desarrollo. La integración de ambos géneros desde la base del respeto y la igualdad siempre producirá una sinergia que es esencial para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más vertiginoso y en permanente cambio.