La biometría es el estudio automatizado del reconocimiento humano inequívoco sobre la base de una o más características físicas o rasgos conductuales. Estos datos son intrínsecos y únicos para cada individuo.
Ejemplos de biometría de captura de rasgos físicos son: huellas dactilares, iris, patrón facial, venas de mano, etc. Mientras que la biometría como las técnicas de firma o clave se consideran rasgos conductuales de un individuo. La voz viene en algún lugar intermedio, siendo por lo tanto considerado a un rasgo físico intrínseco y comportamiento.
La biometría responde a la eterna preocupación en cuanto a la capacidad de demostrar la identidad de manera irrefutable, usando aquello que hace a uno diferente. Es una tecnología que está creciendo rápidamente, especialmente en el ámbito de los documentos de identidad. En general, se combina con otras tecnologías de seguridad, tales como las tarjetas inteligentes.
Identificación y autenticación
Se trata de disponer de herramientas que aseguren que alguien es quien dice ser. Con el nacimiento de la era digital, surgió una nueva pregunta: ¿Cómo confiar en alguien que no conoces, no puedes ver y que no está presente en persona?
Para resolver este problema se pusieron en marcha soluciones de doble factor (lo que tienes + lo que sabes): contraseñas, PIN, datos memorizados y datos personales. Pero estas técnicas tienen el riesgo de pérdida y de privacidad, lo que ha supuesto el aumento de las tasas de fraude de identidad. Como resultado, la contraseña está siendo reemplazada por la biometría de la persona, ya sea huella digital, reconocimiento facial, inflexión de voz o rasgos conductuales. Se trata una vez más del reconocimiento, pero esta vez el uso de técnicas aptas para un mundo digital.
Pero, ¿Por qué la biometría?
Dada la cantidad de claves, pines, usuarios y códigos que hay que utilizar en los diferentes entornos en los que convivimos y trabajamos, es muy normal el olvido de contraseñas, lo que lleva a que se utilicen las mismas contraseñas y códigos en diferentes aplicaciones y herramientas de acceso e identificación. Sólo en Los Estados Unidos, hubo 14,4 millones de víctimas de fraude de identidad en 2018.
La Biometría ofrece soluciones que permiten el reconocimiento automatizado de individuos de acuerdo con rasgos físicos y, cada vez más, conductuales. Los rasgos físicos pueden ser la cara, el iris, la voz y la huella digital, mientras que los rasgos de comportamiento pueden incluir la firma manuscrita, pulsación de teclas y hábitos en el uso del teléfono móvil, el PC, la tablet, etc.
