Todo virus se aprovecha de los entornos vulnerables. Así, mientras el Covid-19 hace lo suyo en todo el mundo, spyware, troyanos, ransomware y otros, se cuelan en nuestros sistemas aprovechándose de cualquier descuido o falla de seguridad. Por, eso se prevé que el mercado mundial de software de seguridad cibernética pase de 183.200 millones de dólares en 2019 a 230.000 millones de dólares en 2021, tal como consigna el estudio “Covid-19 Impact on Cybersecurity Market, 2020”.
Si una lección importante nos dejó 2020, es que cada nuevo proceso y activo digital se convierte en una nueva vulnerabilidad de ciberataque. Así lo plantea el “PwC, Global Digital Trust Insights 2021”. Por eso, la cultura de seguridad es tan relevante como la protección abordada desde el aspecto técnico. De allí que uno de los desafíos más importantes de 2021 sea la capacitación, especialmente, del personal responsable de los datos sensibles.
Pablo Dubois, gerente de Productos de Seguridad de Lumen para América Latina, explica: ‘Si su empresa aún no lo ha hecho, ahora es el momento de crear un Departamento de Ciberseguridad calificado para resguardar los sistemas y hacer frente a los ataques’. El área especializada debiera ser también responsable de investigar, una vez que se produce el ataque, pues la experiencia nos ayudará a estar en mejor pie para enfrentar el futuro.
Otro de los desafíos para este año será la gestión de la data, si consideramos la tendencia de la ciberseguridad hacia la inteligencia artificial. El llamado, en este sentido, es poner el foco en el análisis de riesgo y en la evangelización de quienes forman parte de la empresa, instándolos a adoptar las mejores prácticas para poder evitar vulnerabilidades.
Dubois agrega: ‘Aún nos falta crecer en seguridad. Sólo un ecosistema inteligente y automatizado nos permitirá responder a las amenazas a tiempo, para garantizar la continuidad operacional y evitar lamentarnos después’. Pero también es necesario mantenerse en estado de alerta, ya que el phishing -que se distribuye a través de correo electrónico- es uno de los ataques más comunes.
Concluye: ‘Estas comunicaciones buscan engañarnos respecto de su origen, para hacernos caer en la trampa. No olvidemos que los ciberdelincuentes también evolucionan y buscan nuevas formas de vulnerar nuestros sistemas’.