Después de un crecimiento significativo en el ritmo con el que las entidades bancarias acogen la transformación digital y un índice del 87, 1 % de inclusión financiera en la población colombiana según el programa Banca de las Oportunidades, se espera la llegada de nuevos formatos que cambiarán el rumbo de la industria.
El Open Banking o la apertura bancaria a través de la información de terceros es un concepto que se ha estado desarrollando en la última década y está a una corta distancia de Colombia. El intercambio de datos se realiza a través de APIs (interfaces de programación de aplicaciones) que funcionan como puentes seguros de comunicación entre entidades bancarias. Estos mecanismos ya funcionan en todo el mundo para conectar bancos con pasarelas de pago, pero su uso para cruce de balances bancarios es novedoso y cobra un rol vital dentro de las propuestas que trae el Open Banking.
Esta nueva etapa para el intercambio de bienes y servicios bancarios cuenta con múltiples beneficios para los usuarios: facilidad para cambiar de institución financiera, panorama completo de todos los productos bancarios, toma de decisiones más acertadas, apertura de cuentas de ahorros o solicitud de tarjetas de crédito mucho más rápida.
Sin embargo, desde el punto de vista del sector financiero, el tránsito de datos de los usuarios entre entidades para facilitar este tipo de procesos requiere una regulación clara que blinde de seguridad la dinámica.
En Europa, por ejemplo, La Directiva Europea de Servicios de Pago revisada (PSD2) obliga a las entidades financieras a compartir información transaccional con terceros a través de APIs que primero deben ser verificadas y aprobadas por las autoridades.
En un contexto más cercano, México es uno de los mercados pioneros en Latinoamérica, actualmente, más de 2.300 instituciones financieras que operan en este país están sujetas al intercambio de datos financieros gracias a su Ley Fintech del 2018.
¿Qué viene para Colombia?
Marcelo Fondacaro, CCO de Veritran, afirma: ‘En Colombia vemos muchísimo potencial en un mercado financiero que viene creciendo a grandes pasos. Solo en los primeros 9 meses del año anterior, más de 2.2 millones de ciudadanos accedieron a productos financieros, según la Banca de las Oportunidades. Ahora bien, es indispensable que los bancos construyan relaciones sólidas con aliados tecnológicos para llegar al Open Banking de una manera segura’.
Como desarrolladores de tecnología financiera, Veritran afirma que, además de las variables de ciberseguridad, la desigualdad en los niveles de digitalización de las entidades financiera puede jugar un rol importante en la llegada del Open Banking. El lento proceso de adopción de nuevas tecnologías por algunas instituciones es consecuencia de la falta de demanda y cultura digital en país, según el reciente estudio de la firma EY Parthenon el 53% de los colombianos todavía utiliza sucursales físicas para acceder a sus servicios financieros.
En cuanto a marco regulatorio, en Colombia a finales del 2020, la Unidad de Proyección Normativa y Estudios de Regulación Financiera (URF) presentó el primer acercamiento a la regulación del Open Banking en Colombia. Su objetivo es abrir la conversación sobre el tema este año dentro de un modelo autónomo y de Open Finance que permite a todas las instituciones financieras incluyendo las Fintech adherirse a este formato.
Así pues, en una conversación pública – privada las instituciones financieras construirán en conjunto un modelo adaptable para el mercado colombiano. La tecnología y el manejo de datos son los pilares que sostienen este concepto, el cual sólo será alcanzable a través de los esfuerzos del sector en la inclusión de sus clientes digitalmente y de las soluciones y APIs más completas provistas por los aliados tecnológicos de los bancos, como lo es Veritran.