Los procesos de gestión tradicionales, donde la automatización o digitalización tenían poco peso, ya no son eficaces frente a consumidores que exigen agilidad, velocidad y certeza tecnológica en cualquiera de los intercambios con determinado producto o servicio.
La experiencia del cliente cada día es más importante y las empresas que comprendan este paradigma podrán sobrevivir a largo plazo. Un cliente moderno se siente satisfecho cuando llega la factura por medios digitales, mucho más que si tiene que llevarse un papel al salir de la tienda. Del mismo modo se siente bien cuando puede consultar su saldo mediante una app móvil o un sitio web funcional, sin tener que acercarse personalmente o llamar telefónicamente.
El tiempo para los consumidores se torna cada vez más valioso y la coherencia entre los distintos puntos de contacto del usuario con su proveedor, pasa a ser un tema de gran relevancia a la hora de evaluar la calidad de dicha empresa y obviamente, a la hora de decidir una compra.
En este sentido, un proceso de Transformación Digital será exitoso y mucho más fructífero si está plasmado o ideado con un soporte unificado, un software ERP que nos permita tener todos los procesos conectados. Un sistema que actúe como motor de coherencia y regulador de cada área de la empresa.
Aquí radica la importancia de dar con un buen proveedor de software ERP, que nos garantice la posibilidad de tener un panel de control de nuestro proceso de transformación digital y que no apoye en el largo y complejo paso intermedio entre la operación con procesos tradicionales y la nueva idea, que incorpora cuestiones más modernas y con cambio constante.
Un software ERP adecuado para apoyar nuestra Transformación Digital, tendrá que unificar todas las etapas de compra, producción, ventas, entre otros. Deberá permitirnos registrar las operaciones en distintos puntos físicamente alejados, y también absorber las solicitudes de cualquier plataforma virtual. Incluso estará conectado a nuestro propio sitio web o aplicaciones y nos permitirá gestionar los recursos con paneles centralizados, todos concordantes entre sí.
El foco tradicional del ERP es ayudar a automatizar los procesos del negocio, especialmente aquellos que se consideran críticos para asegurar el funcionamiento básico de la empresa. Por otra parte, la transformación digital tiene un foco más amplio y disruptivo, en el que las empresas buscan nuevas maneras de hacer las cosas para satisfacer y encantar a sus clientes. El ERP es la primera etapa de la transformación, pero requiere trabajo adicional.
El dominio del ERP en la gestión de las empresas, lo ha convertido en uno de los sistemas de gestión fundamentales para directores de la gestión, lo que supone otra demostración más del fuerte impacto que tienen estos sistemas en la transformación digital de la empresa.
La transformación digital solo tiene sentido si es capaz de poner al cliente en el centro. Después de todo, el objetivo principal debe ser seguir siendo competitivos en un entorno donde los usuarios son cada vez más exigentes. El espíritu de innovación, que posibilita aportar valor añadido a los clientes. La utilización del Big Data para mejorar nuestro conocimiento a partir de una creciente cantidad de datos. Contar con un liderazgo convencido. El compromiso de todo el equipo en la transformación de la empresa, pero debe partir de la dirección e implicar a toda la empresa.
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