Abundan las versiones sobre el agotamiento del protocolo IPv4 y su inminente reemplazo por la versión IPv6, pero antes de explicar qué necesitan tener en cuenta las empresas a la hora de dar esta batalla es importante definir conceptos básicos.
Aquello que identifica a los dispositivos de una red IP -como servidores, PC, Routers, Tablets, Impresoras de red, Teléfonos IP y Teléfonos Móviles- con acceso a Internet, se denomina dirección IP, que no es más que un código numérico que en su versión IPv4 tiene el siguiente formato 200.150.80.160.
IPv4 significa Internet Protocol Version 4 o versión 4 del Protocolo de Internet, es la tecnología que permite que los equipos puedan conectarse a Internet mediante cualquier dispositivo. Cuando cada uno de ellos se conecta a Internet obtiene dicho código que le permite enviar y recibir datos con otras conexiones.
Bajo esta norma -que es la de mayor utilización en la actualidad -ese código que identifica al IP se escribe en formato de cuatro números decimales del 0 al 255, separados por puntos para hacerlo mas práctico al uso general, porque está compuesto por cuatro grupos de 8 bits, es decir, transfiere direcciones de protocolos de 32 bits.
La cantidad de IPs que se pueden lograr con el protocolo IPv4 son 4,30 billones en todo el mundo, lo que marca una limitación en la actualidad, donde confluyen innumerables dispositivos que demandan una mayor cantidad de direcciones IP.
IPv6 es la sexta revisión de los protocolos de Internet y es el sucesor natural de IPv4. Este sistema soportará aproximadamente 340.282.366.920.938.000.000.000.000.000.000.000.000 de direcciones IP, un número prácticamente incalculable, pero que podrá sostener la demanda del crecimiento de Internet por muchos años, recordemos que éstos IPs trabajan en 128 bits.
El nacimiento de esta nueva versión está basado en la necesidad de mayores conexiones a la red por parte de esta nueva generación de dispositivos, que requieren acceder a la movilidad y a una mejor identificación de los servicios que utilizan, como así también, gestionar prioridades de forma simple en ruteadores y seguridad, entre otros aspectos.
Ante el agotamiento del estándar IPv4, los protocolos ya comenzaron a ser sustituidos y los sistemas funcionan paralelamente. Google, Facebook y otras grandes compañías realizan constantes pruebas para conocer cómo funcionarán los sistemas cuando comience la migración definitiva. En esta transición, muchos proveedores de Internet tienen sus reservas al respecto y optan por la creación de subredes privadas en empresas o en sus propios proveedores, lo que provoca que real necesidad, aún no esté a la vista. La migración no está siendo fácil, ya pasamos por dos versiones de este protocolo que han ido mejorando su aplicación.
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En nuestro país como en el todo el mundo conviven los dos protocolos. Aquellos que lo están implementando evalúan como primera opción, la posibilidad de que éstos puedan convivir un tiempo ya que el cambio no es de un día para el otro. Inicialmente los operadores avanzan sobre sus nodos principales, para finalmente llegar al cliente en sus puntos de acceso, luego el cliente deberá migrar también su equipamiento a IPv6.
Argentina está avanzando a buen ritmo hacia el cambio, pero hay otros países como Brasil que lo están haciendo de forma más rápida. Desde el mes de Junio pasado se están planificando migraciones más aceleradas de servicios, muchos de ellos ya están en plena implementación.
La gran preocupación en el ámbito de las telecomunicaciones es la gran inversión que se requiere y por la cual los proveedores de Internet están analizando como será el retorno con la oferta de nuevos servicios.
También es real la brecha que puede generar la demora del paso a IPv6, existe un gran cuello de botella producido por la cantidad de equipos conectados a la red. Si nos remontamos a pocos años atrás, no se disponía de tanto equipamiento con acceso a Internet en una casa, solo teníamos una computadora; hoy sumamos portátiles, Tablets, Móviles, Teléfonos IP, SmartTV, equipos de video conferencia, entre otros, lo que provoca la necesidad imperiosa de aumentar la cantidad de IPs y la gestión de servicios para que viajen correctamente por la red.
En definitiva, podemos decir que en un año más, sino más, podemos comenzar a hablar de IPv6 realmente en la empresa o en usuarios finales. El IPv6 vino para quedarse, por lo que las empresas, a corto o largo plazo, deberán pensar en IPv6.
De esta manera, todas las compañías que trabajen con conexión a Internet- es decir el universo entero- deberán cumplir una serie de acciones para aggiornarse al cambio que es inminente.
La empresa, ¿Qué pasos debe seguir?
-Inventariar los componentes de la infraestructura tecnológica y de comunicaciones para estar seguros de cuáles son los elementos de software y hardware que soportan IPv6. Esto permitirá acceder a un panorama claro de qué requiere ser renovado y qué debe ser actualizado.
-Consultar a sus proveedores de conexión a Internet sobre la conectividad en función del protocolo IPv6, es decir, cuál es la disponibilidad y qué opciones de planes, paquetes y costos hay.
-En el caso que el proveedor no cuente con la posibilidad de brindar conectividad a través de IPv6 en la actualidad, es necesario saber cuáles son sus planes al respecto y actuar en consecuencia. IPv6 no es algo pasajero ni una moda, es la solución a una situación inevitable como el agotamiento de direcciones IPv4.
-En el caso que sí puedan brindar conectividad a Internet usando IPv6, se debe solicitar un plan de acción para agregar IPv6 a las soluciones en uso.
-Manejar la migración a IPv6 como un proyecto designando dentro del área de TI y redes, sugiero la elección de un administrador que coordine la actualización de la infraestructura para soportar este protocolo. Este proyecto debe incluir la capacitación del personal de TI y redes en IPv6. Existen suficientes opciones al alcance de todos los presupuestos, desde material gratuito en línea disponible en Internet, hasta consultorías con cursos de preparación, diseñados a la medida de las necesidades del cliente.
– En el caso que las empresas decidan no adoptar IPv6 en el corto o mediano plazo, pueden comprometer seriamente su crecimiento ya que las direcciones IPv4 se están agotando vertiginosamente. Es posible que cuando se requieran más para llevar acabo algún crecimiento en la infraestructura ya no estén disponibles los recursos necesarios, lo cual puede ocasionar serias repercusiones en el negocio de la empresa.