La tecnología y la agricultura se unen para erradicar el hambre y garantizar el acceso a una alimentación sana y sostenible para las generaciones presentes y futuras. Con drones, robots agrícolas y vehículos autónomos, la Agricultura 4.0 está revolucionando la seguridad alimentaria a nivel global.
La crisis alimentaria mundial y el papel de la tecnología
La crisis alimentaria mundial ha alcanzado niveles alarmantes, afectando a millones de personas que no pueden acceder a una nutrición adecuada. Un informe publicado en 2022 por el Foro Económico Mundial, con información recabada por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, afirma que al menos 47 millones de personas en 81 países podrían estar al borde de la hambruna debido a conflictos bélicos, perturbaciones climáticas, COVID-19 y el aumento de precios de alimentos y combustible. En Sudamérica, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, el 36,4% de la población sufrió inseguridad alimentaria moderada o grave.
Sin embargo, en medio de este panorama adverso, la tecnología emerge como una herramienta esencial para mitigar esta situación, ofreciendo soluciones innovadoras para mejorar la producción agrícola y optimizar la distribución de alimentos. La inmersión de la tecnología en la agricultura ha permitido desarrollar métodos más eficientes y sostenibles, que pueden aumentar la productividad y reducir las pérdidas post-cosecha, lo cual es vital para enfrentar la crisis alimentaria en la región.
A nivel mundial, la tecnología ya está permeando la agricultura de diversas maneras. La agricultura de precisión, el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y la robótica son solo algunos ejemplos de las herramientas que están transformando el sector.
Impacto de la Agricultura 4.0 en Colombia
‘Estas tecnologías están brindando a los agricultores información y herramientas valiosas para optimizar sus operaciones, aumentar la productividad y reducir el desperdicio. Por ejemplo, la agricultura de precisión permite a los agricultores monitorear en tiempo real las condiciones del suelo, el agua y los cultivos, lo que les permite tomar decisiones más informadas sobre el riego, la fertilización y el control de plagas’, expresó César Tejada, Director de Operaciones de Noventiq Colombia.
En Colombia, actualmente, tres tecnologías destacan por su impacto en la agricultura y la mitigación de la crisis alimentaria:
- Drones agrícolas: Estos vehículos aéreos, equipados con cámaras de alta definición, son capaces de recolectar datos e información precisa en los cultivos, proporcionando detalles para la planeación y control de plagas y enfermedades. Además, estos robots pueden realizar fumigación desde el aire o la aplicación de fertilizantes.
- Vehículos autónomos: Los tractores, maquinaria agrícola y vehículos de transporte autónomos, guiados por GPS y sensores, revolucionan las labores agrícolas, aumentando la eficiencia, reduciendo costos y optimizando la logística. También permiten el monitoreo a gran escala de campos y ganado, recopilando información valiosa para la toma de decisiones.
- Robots agrícolas: Estos dispositivos autónomos realizan tareas como la eliminación de malas hierbas, plantación de semillas, cosecha, raleo y riego de plantas. Su implementación reduce la mano de obra, optimiza el tiempo de recolección y minimiza el uso de herbicidas.
‘En conjunto, estas tecnologías están impulsando una Agricultura 4.0 más precisa, eficiente, sostenible y resiliente, contribuyendo a la seguridad alimentaria y al cuidado del medio ambiente. Las empresas agrícolas están adoptando estas innovaciones para mejorar su competitividad y sostenibilidad, mientras que la sociedad se beneficia de una mayor seguridad alimentaria y una reducción en los costos de producción. Además, cabe recalcar que la tecnología también está facilitando el acceso a mercados globales, permitiendo a los pequeños agricultores vender sus productos a un precio justo y competitivo’, agregaron desde Noventiq.
En Latinoamérica y el mundo, la adopción de estas tecnologías puede jugar un papel crucial en la mitigación de la crisis alimentaria, mejorando la productividad y resiliencia de los sistemas agrícolas. El avance tecnológico en la agricultura promete no solo aumentar la seguridad alimentaria, sino también contribuir a la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico global, ofreciendo soluciones duraderas para un desafío que afecta a toda la humanidad.