Resulta ya redundante hablar sobre las transformaciones que generó la pandemia, pero exponer la educación sin hacer alusión a ello es innegable porque, sí o sí, este fenómeno generó una transición al auge de cómo se educa con tecnología. Según Edutechnia, esta emergencia sanitaria permitió que los jóvenes se preocupen por alternativas y herramientas para nuevas formas de educación.
Por su parte, el Gobierno colombiano ha trabajado en programas que priorizan la necesidad de desarrollar competencias en los estudiantes a través de lo establecido en la política de transformación digital e inteligencia artificial (Conpes 3975 de 2019) y en la política de tecnologías para aprender (Conpes 3988 de 2020), instituidas por el MinTIC, Minciencias y Computadores para Educar.
De aquí surge la importancia de las acciones que no solo desde el Gobierno se implementen, sino desde el sector privado y, por supuesto, las empresas del sector tecnológico son quienes, mayormente, promueven acciones para transformar digitalmente espacios, en este caso, académicos. Así, Epson decidió crear una iniciativa para que universidades y colegios que no tienen la capacidad financiera de comprar equipos, puedan acceder a tecnología por medio del alquiler o la renta.
El programa de Renta de Epson consiste en equipar las aulas educativas con dispositivos de videoproyección, con el objetivo de revolucionar el aprendizaje con tecnología de última generación como proyectores portátiles, proyectores interactivos para clases colaborativas y proyectores para auditorios con imágenes de más de 200 pulgadas.
En este sentido, las entidades educativas pueden alquilar equipos de videoproyección con servicio en sitio, en un plazo acordado y a un costo mensual accesible para que colegios, universidades o establecimientos educativos implementen equipos que les permita proyectar imágenes en alta definición sobre pantallas de hasta 300 pulgadas, que incluyen tecnología 3LCD, lo que conlleva a definiciones más precisas y luminosas, colores brillantes, calidad en el sonido y portabilidad.
José Luis Rodríguez, Senior Product Manager de Epson, resalta: ‘Desde la compañía tenemos plena conciencia de los desafíos existentes en la educación, por eso desde nuestra expertise, la tecnología, impulsamos la transformación, e invitamos al sector privado a crear estrategias que reduzcan la brecha digital. Contar con equipos de videoproyección en las aulas garantiza un entorno de aprendizaje más inclusivo. Los sistemas educativos tienen que evolucionar para enfrentar los cambios y los retos’.
Pero, ¿por qué enfocarse en videoproyectores?
Los videoproyectores están en constante transformación, han evolucionado al ritmo de los avances tecnológicos y de las necesidades de la gente. Ahora son mucho más dinámicos, compactos, portátiles y usables en entornos que antes eran impensables, fuera de sitios cerrados y completamente oscuros, hoy no, hoy incluso le compiten a la pantalla de un televisor.
Resulta que cada vez las nuevas generaciones aprenden más a través de sus propios dispositivos, controlando el contenido generado allí, y esta inminente conexión se complementa perfectamente con poder proyectar en la pantalla grande, fenómeno que fue enaltecido en el CES 2023 de Las Vegas.
Lo anterior lo respalda el estudio: “El uso de dispositivos móviles como estrategia educativa en la universidad”, presentado por la Universidad Católica de Cuyo, Argentina, en el que el 93% de los alumnos aseguraron que el uso de sus teléfonos para las actividades universitarias es excelente y, por su parte, el 77% de los docentes hacen la misma calificación para su actividad académica.
Así que la tecnología de los videoproyectores son la revolución, como lo dice Yasunori Yoshino, COO de productos audiovisuales de Epson: ‘los videoproyectores son la nueva tendencia’. Incluso, la compañía de análisis de datos DataIntelo espera que este mercado, a nivel mundial, escale anualmente un 5.5% de acá al 2030.
Como cierre, vale destacar un informe del BID que asegura que debido a la pandemia más de 165 millones de estudiantes en Latinoamérica prescindieron de la asistencia a centros de enseñanza y en Colombia el panorama no fue ajeno, se registraron cerca de 10 millones de estos casos pero, si bien la realidad ha vuelto, muchos jóvenes abandonaron sus estudios definitivamente, razón por la que se hace necesario que todos los sectores aporten al desarrollo de la educación para tener continuidad del aprendizaje y la tecnología sigue siendo imprescindible.