Por Nicolás Cánovas, Director General de AMD para América Latina.
Industrias hipertecnificadas, consumidores cada vez más demandantes y entornos macroeconómicos sumamente volátiles, son tan solo algunos de los factores que han llevado no solo a las compañías, sino a los gobiernos de todo el mundo, a incluir la tecnología como un tema central en sus agendas de crecimiento y desarrollo. Latinoamérica no ha sido ajena a esta realidad, más allá del uso generalizado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la apuesta en la región es clara: cerrar las brechas de desigualdad y consolidar un entorno tecnológico altamente eficiente que genere valor para las personas, las empresas, el planeta, y la sociedad en general.
Para alcanzar este propósito, los gobiernos han hecho importantes inversiones, según datos de la ONU, en 2022 los países latinoamericanos destinaron entre el 0,6% y el 0,7% de su PIB para proyectos de ciencia y tecnología. Aunque estos esfuerzos son relevantes, no podemos dejar de lado la participación del sector privado, que fue, ha sido y seguirá siendo fundamental para encaminar a la región hacia una verdadera transformación digital.
Tras más de 20 años de experiencia en el sector, sé de primera mano que las empresas tech tienen el poder para convertirse en las gestoras y articuladoras de un mejor futuro compartido, no solo para las industrias, automatizando, optimizando y haciendo más eficientes sus procesos; las personas, creando soluciones que se ajusten a sus preferencias y posibilidades; sino para el planeta, a través de la implementación de prácticas sustentables a lo largo de toda su cadena de valor.
Si bien para muchos este es un escenario utópico, desde AMD creemos que el camino está labrado y que desde nuestro quehacer podemos lograrlo. Por eso, hemos desarrollado soluciones de cómputo de alto rendimiento que están en la plena capacidad de responder a las exigencias del hoy y del mañana, y que nos permiten construir un entorno tecnológico mucho más seguro para todos, por ejemplo, a través de nuestros Procesadores AMD EPYC 4ta generación, basados en la arquitectura de núcleo «Zen 4c», optimizamos las operaciones en los data centers. Así, facilitamos un manejo mucho más responsable y consciente de, tal vez el activo más importante hoy: la información.
Estos esfuerzos no solo están encaminados a lograr un desempeño y seguridad superiores, sino a impactar positivamente al planeta. Muestra de ello es la iniciativa de eficiencia energética AMD 25×20, que nos ha permitido un aumento de 31,7 veces en el rendimiento por vatio de nuestros Procesadores para dispositivos móviles. Motivados por estos grandes resultados, y conscientes de la responsabilidad que tenemos con la gestión medioambiental, nos trazamos la ambiciosa meta de lograr un crecimiento de hasta 30 veces en la eficiencia energética de nuestros Procesadores y Aceleradores que alimentan servidores en los mercados de entrenamiento de inteligencia artificial y Cómputo de Alto Rendimiento (HPC) para 2025.
De igual manera, hemos trabajado de manera muy juiciosa para entender las necesidades de los consumidores latinoamericanos y adaptarnos a lo que esperan de nosotros, tanto así que somos pioneros en la implementación de la Inteligencia Artificial (IA) en los procesadores, con modelos como el Procesador Ryzen PRO Serie 7040, el primer hardware con esta tecnología, podemos garantizar la mejor experiencia de usuario y el mayor rendimiento.
Estos son tan solo un par de ejemplos de lo que podemos lograr a través de la tecnología en la región, el futuro es sumamente emocionante y con compañías comprometidas, responsables, con principios y valores establecidos, el camino de Latinoamérica hacia una transformación digital sustentable y perdurable, no se detendrá.