El número de mujeres en el escenario tecnológico está ganando cada vez más expresión en los últimos años, tanto a través de iniciativas propias como por acciones de las empresas, aunque persisten discrepancias en relación a los salarios y la cultura en el lugar de trabajo.
Según una encuesta realizada por la consultora KPMG en alianza con Harvey Nash, las mujeres ya ocupan el 16% de los puestos senior de tecnología en América Latina, siendo el promedio global, el 11%. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en Perú, menos del 10% de mujeres trabaja en el sector de la tecnología, una brecha que se puede superar, dada la relevancia que este sector ha cobrado en medio de la pandemia.
Dos razones fueron señaladas por la investigación para este resultado: el crecimiento de STEMpreneurs (fundadoras de negocios relacionados con la ciencia, ingeniería, matemáticas y startups de base tecnológica) y el surgimiento de programas específicos para traer más mujeres al mundo de la tecnología.
Rocío Herraiz, directora de Comunicación para Softline América Latina, destaca: ‘Si bien la noticia es muy alentadora, especialmente en un escenario de desafíos profesionales y retroceso económico provocado por la pandemia Covid-19, un estudio de ONU Mujeres demostró que las mujeres tuvieron mayor afectación económica, social y de salud, el 16% sigue siendo un porcentaje muy bajo en comparación con el tamaño de la población femenina en América Latina’.
Softline, compañía que opera en más de 50 países ofreciendo transformación digital y ciberseguridad, entiende la importancia de potenciar e incrementar la igualdad en su equipo. Actualmente, la compañía cuenta con un 44% de mujeres en sus filas, siempre cuidando que la capacidad de trabajo y el talento, no la inclusión forzada, sea el principal motivo para el ingreso a una posición.
Según comenta Rocío, el programa está en línea con la filosofía de la empresa, que ve la diversidad como una forma importante de enriquecer a su equipo. Declara: ‘Nuestro objetivo principal es conseguir que las personas que trabajan en Softline se sientan valoradas, tanto como profesionales, como a nivel personal y que progresen en su carrera dentro de la empresa de forma eficiente y motivadora’.
Según expone Rocío, una solución es fomentar que la educación que se les da tanto a los niños como a las niñas cuando son pequeños es a valorarse por igual, a obtener las mismas oportunidades desde pequeños. Aprender de las diferencias que hay entre unos y otros y valorarlas como algo positivo para que así, en un futuro, las aprecien a la hora de trabajar.
De acuerdo con los datos registrados en el Directorio Nacional de Investigadores e Innovadores (DINA) del Concytec, en nuestro país, de cada 3.8 varones registrados en esta plataforma, hay una mujer dedicada a ingeniería y tecnología.
Para la ejecutiva de comunicación de Softline, es importante que las empresas se pregunten cómo es posible cambiar esta realidad internamente, identificando oportunidades y mujeres líderes que puedan estar a la cabeza del proceso. Además, Softline fomenta activamente la diversidad y la igualdad de condiciones independientemente del género del profesional que lo ocupe. Esto permite tener un equipo perfectamente balanceado con profesionales que cuidan su entorno laboral, así como cuidan a sus clientes.