Por José Acuña, Presidente de Infomedia Service.
Comúnmente, cuando hablamos de la digitalización de los servicios vienen a la mente ambientes empresariales e implementación multicanal. Si bien son innegables las ventajas que la transformación digital puede llevar a estos entornos, también me genera mucha intriga el futuro de los espacios culturales que decidan apostar por la digitalización de sus servicios para ofrecer mejores experiencias.
Varias empresas se han enfocado en la Industria de la felicidad, en donde se incluyen espacios como parques temáticos o centros comerciales, sino también ambientes como conciertos o museos. Considero que estos espacios también podrán beneficiarse muchísimo de la digitalización de los servicios que en últimas beneficiarán a todos los ciudadanos.
Según un estudio reciente llevado a cabo por Statista, alrededor del 45% de los museos dedican menos del 5% de su presupuesto para actividades digitales y de comunicación. Si bien es importante que los museos y demás espacios culturales dediquen la mayor parte de sus esfuerzos a temas artísticos, tampoco podemos negar las ventajas que les puede traer la tecnología.
Pensemos, por ejemplo, en un museo o un espacio para conciertos que implemente servicios digitales en su experiencia de usuario. Para mejorar la experiencia de usuario, se pueden mejorar elementos como las reservas en línea, no solamente de boletería para exposiciones populares, sino también procesos como el parqueadero o la venta de souvenirs.
Igualmente, en un concierto de música, además de la boletería, se podrían digitalizar aspectos como la venta de comida, de mercancía de los artistas y también implementar la personalización de productos para eventos futuros. Al igual que en muchas otras industrias, los espacios culturales pueden ofrecer mejores experiencias gracias a las implementaciones tecnológicas.
De la misma forma, los espacios culturales pueden hacer parte de aplicaciones como una City App que muestre los puntos de encuentro más populares y eventos a futuro. Esto no solamente podría darse a un nivel de ciudad, sino también en comunidades más pequeñas como barrios o localidades para mantener mejor informados a los ciudadanos y que de hecho están contemplados en modelos como Smart City Social.
Esta modernización de la cultura puede, a su vez, desembocar en implementaciones más avanzadas que conectan de mejor manera a las personas con espacios culturales de su interés. Un museo podría, por ejemplo, hacer mejores recomendaciones a sus asistentes si también tienen en cuenta sus afinidades artísticas. Igualmente, estadios o centros comerciales pueden beneficiarse de modelos de negocios más inteligentes.
Incluso más interesante aún son las formas en la que estos espacios tomarán forma a medida que entramos a un mundo híbrido. En ese sentido, las experiencias culturales ya no serán exclusivamente presenciales, sino que también deberían poder ser disfrutadas de manera virtual o híbrida para que cada usuario tenga vivencias que se adaptan a sus gustos o necesidades.
Esto toma incluso más relevancia si tenemos en cuenta que conceptos como el metaverso empiezan a permear gran parte de las industrias, y que las experiencia culturales pueden estar también a la vanguardia. Además de esfuerzos como, por ejemplo, digitalizar obras de arte, es relevante pensar en cómo crear vivencias digitales memorables haciendo uso de las últimas tendencias tecnológicas.
El Museo Louvre, en Francia, ha implementado con éxito exposiciones de la Mona Lisa en realidad virtual que no solo están basadas en la obra, sino también en toda su historia y relevancia artística. De esta manera, la tecnología no simplemente reproduce las obras físicas, sino que ayuda también a llegar a más personas y crear experiencias únicas y memorables para todos sus asistentes.
En últimas, considero que la pregunta más importante consiste en cómo nos imaginamos las expresiones culturales en el nuevo mundo digital. Incluso más importante aún es preguntarnos en dónde creemos que habrán oportunidades innovadoras para impactar nuestra sociedad con nuevas propuestas que ayudan a la apropiación de nuevas tecnologías y, en últimas, crear un mundo más simple para todos.