En las infraestructuras críticas se aplican estrictas normas en relación con las características de los equipos de videovigilancia permitidos. Un ejemplo de ello son las cámaras a prueba de explosiones, las cuales se utilizan habitualmente en aplicaciones sensibles desde el punto de vista de la salud, la seguridad, el medio ambiente y también para la supervisión de procesos. Pero ¿cómo funciona una cámara a prueba de explosiones?
Existen diversas definiciones acerca de estas tecnologías y, sobre todo, un cúmulo de ideas al respecto de cuáles son sus alcances. El experto de Axis Communications, Francisco Rodríguez, gerente del Área Técnica señala que una cámara a prueba de explosiones incluye una carcasa de alta resistencia, certificada para su uso en zonas peligrosas con presencia de material inflamable (líquido, gas, vapor o polvo). Las zonas clasificadas como peligrosas son habituales en entornos industriales como el sector del petróleo y el gas, plantas químicas, minas bajo tierra, aserraderos y plantas de la industria alimentaria. En todos estos espacios el uso de cámaras de vigilancia contribuye a mejorar considerablemente la seguridad y la eficiencia.
Claridad en la protección a prueba de explosiones
Rodríguez comenta que suele causar confusión el concepto «A prueba de explosiones» es decir, podría malinterpretarse como una cámara diseñada para resistir una explosión o incendio y seguir funcionando en caso de que ocurra. La realidad es que esto sería algo imposible de garantizar, además, incluso si una cámara fuera capaz de resistir una explosión, cualquier cosa en la que esté montada podría no hacerlo, lo que anularía el beneficio.
Las cámaras están encerradas en carcasas resistentes, generalmente hechas de acero inoxidable o aluminio, que están certificadas para proteger contra cualquier chispa emitida por la cámara. Aquí puede ser donde viene otro malentendido de la terminología de seguridad. El término «seguridad intrínseca» se usa a menudo cuando se habla de dispositivos protegidos contra explosiones.
Comenta el experto: ‘‘Seguridad intrínseca Ex i’, se refiere a un enfoque específico de protección contra explosiones en el que la energía eléctrica dentro del equipo se restringe a un nivel por debajo del que podría causar una chispa o limitar el calor en el dispositivo. Sin embargo, por lo general, las cámaras de vigilancia son demasiado complejas y requieren demasiada potencia para utilizar este enfoque. En estos casos, ‘Ex d’ es el enfoque de la protección contra explosiones, donde la carcasa del dispositivo proporciona la protección’.
Principios de la protección contra explosiones: aspectos técnicos
El experto de Axis explica que los equipos de videovigilancia utilizados en zonas peligrosas forzosamente deben ser a prueba de explosiones. En las áreas no peligrosas, o áreas seguras, es posible usar otro tipo de soluciones de video, cámaras versátiles y de gran calidad, aplicaciones de analítica, control de acceso físico y audio en red para entornos normales y de alta exigencia.
A su vez, señala que hay tres principios básicos aplicables a la protección contra explosiones: contención, prevención y segregación. La contención significa que, en caso de explosión, pueda delimitarse a una zona bien definida para evitar su propagación a la atmósfera más inmediata. Las cámaras a prueba de explosiones utilizan este principio.
Cuando se aplica la prevención, la energía térmica y eléctrica se reduce a niveles seguros, tanto en situaciones de funcionamiento normales como en caso de fallo. Las cámaras de videovigilancia utilizan también este principio. Si se utiliza la segregación, los componentes eléctricos o las superficies calientes se separan físicamente de la atmósfera explosiva. La segregación puede aplicarse de diferentes formas, por ejemplo, mediante presurización o encapsulación.
Optimización de la seguridad y la eficiencia operativa
Las cámaras a prueba de explosiones permiten asignar una o varias tareas operativas o de seguridad a cámaras específicas. Una misma cámara que supervisa el bienestar general de una fábrica puede a la vez respaldar los protocolos de seguridad y protección que ya se implementan. Estas capacidades diversas pueden hacer que sea posible instalar menos cámaras y garantizar que la inversión sea rentable.
Por su naturaleza, las áreas peligrosas son aquellas en las que el personal debe pasar el menor tiempo posible, si es que pasa algo. Las imágenes de alta calidad de las cámaras de vigilancia permiten el monitoreo y la verificación visual remotos con detalles forenses, lo que permite a los operadores evaluar exactamente cuándo se requiere la intervención del personal. Esto trae beneficios inmediatos en salud y seguridad.
De acuerdo al especialista de Axis Communications, con el uso cada vez mayor del aprendizaje profundo, las cámaras ahora pueden detectar patrones, tendencias y anomalías que brindan beneficios adicionales en salud, seguridad y eficiencia operativa. Comenta Francisco: ‘Los análisis pueden detectar si las personas que trabajan en áreas peligrosas usan la ropa de protección adecuada, mientras que los análisis de humo y fuego respaldan la posibilidad de detectar incendios en una etapa temprana’.
La combinación de los datos de las cámaras, tanto visuales como metadatos, junto con la de otros sensores, se puede cotejar y analizar, lo que permitirá obtener conocimientos que darán como resultado eficiencias operativas, mejoras en la seguridad y mantenimiento predictivo.
Agrega Rodríguez: ‘Las interrupciones de la producción y el tiempo de inactividad de un centro de trabajo son costosas, sea cual sea la causa. Al integrar cámaras a prueba de explosiones en la arquitectura de su sistema de control, estará añadiendo un nivel adicional de transparencia que le ayudará a entender mejor lo que sucede en sus operaciones. Puesto que amplían y mejoran la recopilación de datos, las tecnologías ayudan a prever las tareas de mantenimiento y avisar cuando se detecten anomalías y otras interrupciones. De esta forma, se puede optimizar el rendimiento operativo y lograr el máximo tiempo de actividad de los equipos y procesos esenciales’.
A medida que las capacidades más allá del video de las cámaras a prueba de explosiones continúen creciendo, los beneficios de su ubicación dentro de las infraestructuras críticas continuarán multiplicándose. Estos brindarán grandes oportunidades de seguridad, al mismo tiempo que crearán eficiencias en las operaciones que pueden representar un atractivo retorno de la inversión, por lo que hoy es indispensable mirar las posibilidades reales de estas soluciones para aplicarlas, de esta forma, se estará procurando la seguridad personal, el medio ambiente y el rendimiento de los negocios.
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