Celebraciones empresariales de fin de año: fortaleciendo la cultura organizacional

Por Antonella Basile, directora de Ventas de VISMA Latam

En un entorno laboral en constante evolución, donde la digitalización y los modelos híbridos han transformado las dinámicas de trabajo, las celebraciones de fin de año adquieren un nuevo significado, mayor relevancia que en años anteriores. Se trata de un espacio de encuentro que plantea un cierre simbólico del año para los equipos, una pausa para verse cara a cara, interactuar en forma presencial y renovar energías. 

El evento de fin de año de la empresa es un momento estratégico en el calendario del área de RH; es la oportunidad para conectar con los colaboradores a nivel personal y profesional, reconocer logros, fortalecer la integración, fomentar la camaradería y reforzar la cultura organizacional con acciones que impacten directamente en la motivación y el compromiso de los equipos.  En este tipo de evento corporativo los detalles son muy importantes, así como tener en cuenta anécdotas e hitos de los colaboradores para -si fuera apropiado- mencionarlos o “darlos a entender” en los distintos momentos del encuentro.

Independientemente del presupuesto destinado para la celebración de fin de año, debe servir para fortalecer a los equipos y, robustecer valores y cultura empresariales.

Claves para organizar una celebración memorable y actual

Se pueden mencionar ocho consideraciones esenciales para que las empresas logren un evento exitoso:

  1. Definir una temática: Una temática atractiva guía todos los aspectos del evento, desde el vestuario hasta las actividades y el menú. Escuchar a los colaboradores para captar sus preferencias puede marcar la diferencia.
  2. Seleccionar el lugar adecuado: Locaciones campestres para eventos diurnos o terrazas y centros de convenciones para reuniones nocturnas son opciones atractivas. Lo importante es que el espacio refleje el espíritu de la celebración.
  3. Palabras inspiradoras: Un mensaje de los líderes de la organización puede ser el momento más destacado del evento, fortaleciendo la transparencia y reafirmando los valores corporativos.
  4. Actividades de integración: Juegos, concursos y dinámicas grupales ayuden a romper el hielo y crear recuerdos compartidos: búsqueda del tesoro, trivias interactivas, competencias de “talentos”, adivinanzas, etc.
  5. Detalles que importan: Desde la ambientación hasta la calidad del mobiliario y la vajilla, cada elemento debe transmitir cuidado y consideración por los invitados.
  6. Un menú inclusivo: Ofrecer opciones que respeten las restricciones alimenticias garantiza que todas las personas se sientan consideradas y cómodas, incluidas.
  7. Participación de colaboradores remotos: Con el trabajo híbrido como norma, integrar a quienes trabajan desde otras ciudades o países es esencial para construir equipo.  Invitar a quienes están más alejados a participar presencialmente en esa celebración.
  8. Entrega de premios: El reconocimiento por los logros realizados y los objetivos cumplidos a nivel público es muy importante para fortalecer el engagement de los colaboradores y sus ganas de abordar nuevos desafíos.

Las reuniones de fin de año refuerzan los lazos y la moral de los colaboradores, especialmente en equipos remotos. Se trata de un momento de distracción, encuentro y construcción de experiencias juntos, por eso son ideales las actividades recreativas, bailes y espacios de convivencia que permitan celebrar como un equipo unido. La temática que se elija debe estar enfocada en fortalecer la cultura organizacional y promover los valores de la empresa, más allá de la dinámica que se elija finalmente. 

En un entorno laboral cada vez más competitivo, las empresas que invierten en sus equipos logran no solo mejores resultados, sino también una cultura más sólida y resiliente, además de engagement para -más adelante- cumplir los objetivos trazados para el nuevo año.

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