Por Yanina Mollo, Analista de marketing, Sisem.
Este último tiempo se estuvo hablando mucho sobre ChatGPT, esta tecnología de inteligencia artificial, tipo chatbot, fue diseñado por la organización OpenAI para procesar y generar texto en respuesta a preguntas y conversaciones sobre una amplia variedad de temas.
Parte de nuestro trabajo en Sisem, es investigar todas las nuevas tecnologías que se están desarrollando en torno a la profundización de los procesos legales a fin de innovar en la gestión de los departamentos legales.
¿Cómo funciona? Utiliza técnicas de procesamiento de lenguaje natural para comprender el significado de las palabras y frases en contexto, y proporcionar respuestas relevantes y útiles a las preguntas que se le plantean. ChatGPT se describe así mismo como: ‘una herramienta de inteligencia artificial diseñada para ayudar a las personas a obtener respuestas a sus preguntas y a mantener conversaciones interesantes y productivas en línea’. Microsoft invirtió USD 10 mil millones, lo que generó una gran expectativa sobre cómo esta herramienta podría cambiar la forma en que trabajamos y cómo los motores de búsqueda de Internet nos proporcionan información.
El Chat permite preguntarle todo lo que se te ocurra, pedirle que escriba o traduzca todo tipo de textos o documentos y hasta diseñar un código para programación. De un día a otro ganó gran popularidad, ChatGPT alcanzó el millón de usuarios en tan sólo 5 días.
Desde el ámbito jurídico, esta tecnología también puede escribir documentos legales en tiempo récord. De hecho, ya se habla del ChatGPT como una herramienta del legaltech.
¿Cómo puedo utilizarlo si soy abogado? Esta herramienta de inteligencia artificial permite dos formas de uso para ahorrar tiempo en la redacción de todo tipo de documentos. La primera es pedirle a la aplicación que redacte un tipo de documento, puede ser un contrato, un pagaré o una demanda.
Sin embargo, la aplicación advierte de que es necesario contar con el acompañamiento de un profesional jurídico ya que esta herramienta no sustituye la labor y conocimiento de un abogado. No obstante, la tecnología aún no se considera completamente confiable, debido a que, por ejemplo, se conocieron casos en que el ChatGPT inventó información.
Para eliminar riesgos, el software ha sido afinado para su uso legal, pero todo lo generado por la IA debe ser cuidadosamente examinado por los humanos. La segunda manera es tomar un párrafo de un documento ya redactado y pedirle al ChatGPT que encuentre errores ortográficos o gramaticales; traducir o resumir el contenido, ahorrando mucho tiempo en el proceso.
Otra funcionalidad importante que puede ser valiosa para los abogados, es la búsqueda de jurisprudencia, ya que es difícil recordar todas las leyes relacionadas a algún tema, y utilizando ChatGPT se puede acceder a una lista bastante completa de legislación relacionada con algún tema.
Existen riesgos asociados con el uso de esta herramienta en la industria legal. La precisión de la información generada por la IA es fundamentalmente cuestionable, y cualquier error puede tener graves consecuencias legales. Además, los abogados pueden depender demasiado de la tecnología, lo que puede dificultar su capacidad para evaluar la información y tomar decisiones.
Como consecuencia, la IA puede proporcionar respuestas automáticas a preguntas legales simples, pero no puede comprender conceptos jurídicos más complejos ni interpretar la ley o la jurisprudencia, es decir que no puede brindar el mismo nivel de asesoramiento y orientación que un abogado experto con su experiencia, conocimiento y análisis.
A medida que el ChatGPT y otras herramientas de IA se integren en la industria legal, es importante que los abogados comprendan tanto los beneficios, como los riesgos asociados con el uso de estas tecnologías. La IA generativa puede ser una herramienta valiosa para los profesionales legales, sin embargo, los abogados no serán reemplazados por la inteligencia artificial. Como se ha mencionado, la eficiencia, asesoramiento y orientación de un abogado puede ser crucial a la hora de ganar o perder un caso.