La demanda de ancho de banda en América Latina es fuerte, mostrando un crecimiento de dos dígitos en los últimos cuatro años. Este ritmo acelerado –y los planes para el despliegue de más cables submarinos para llegar a más puntos de acceso terrestres– posicionan a CALA como un mercado emergente con proyectos claves de infraestructura de red que deben tener en la mira.
Un territorio desde el Caribe hasta el Círculo Polar Antártico
Siendo una de las regiones más extensas de la Tierra, América Latina cubre más del 12% de la masa terrestre de nuestro planeta. Pero, ¿qué tan grande es América Latina? Pues bien, se extiende desde las cálidas aguas del Mar Caribe hasta las aguas gélidas del Círculo Polar Ártico. Es tan grande como los Estados Unidos y China juntos. En América Latina viven alrededor de 661 millones de personas, y el español y el portugués son los idiomas más utilizados. Su población es también la segunda más joven, con un promedio de edad de 31 años en el 2020, sólo detrás de África (19,7). El siguiente continente más joven es Asia (32,0), seguido de Oceanía (33,4), Norteamérica (38,6) y Europa (42,5).
Una región grande, joven y poblada significa que las redes desempeñan un papel socioeconómico extremadamente importante para ayudar a aumentar las opciones de conectividad críticas para cerrar la brecha digital y conectar a América Latina con el resto del mundo digitalizado. La relación directa entre una mayor banda ancha y un mayor producto interno bruto (PIB) aumenta aún más la importancia de un ecosistema digital ágil, fiable y económico de redes submarinas y terrestres, tanto alámbricas como inalámbricas.
Cerrando la brecha digital
Según TeleGeography, América Latina experimentó un sólido crecimiento del ancho de banda internacional entre el 2016 y el 2020, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) superior al 30%. Sin embargo, la región todavía está rezagada respecto a algunos otros continentes, como África, cuya tasa de crecimiento en el mismo período fue superior al 50%. Esta tendencia está cambiando gracias a las constantes inversiones de los proveedores de redes latinoamericanos.
La región CALA se está poniendo al día recuperando terreno rápidamente y el impulso para hacerlo no hace más que aumentar a medida que los beneficios de la automatización, el monitoreo y el control se aprecian aún más en todas las industrias y sectores. La creciente necesidad de mejorar el rendimiento de las aplicaciones en la nube presiona a los proveedores de redes para que inviertan en la ampliación del alcance de sus redes y en diseñándolos con una latencia ultra baja y conectividad de alta velocidad que sea tanto fiable como segura.
Dado que los cables submarinos transportan más del 99% del tráfico de comunicaciones electrónicas intercontinentales del mundo, América Latina necesita más y mejor acceso a esta infraestructura de red submarina global para beneficiarse plenamente de una economía digital internacional.
Muchos países latinoamericanos reconocen la importancia de la conectividad internacional para garantizar una economía viable y sostenible, lo que explica el creciente número de puntos de aterrizaje de cables submarinos que proporcionan acceso a las enormes cantidades de ancho de banda sumergido que rodean el continente. Y con el despliegue de nuevos cables submarinos alrededor de la región latinoamericana, como Malbec y Curie, la cantidad de capacidad disponible volverá a aumentar masivamente. Sin embargo, una vez que los cables submarinos lleguen a tierra, la responsabilidad recae en la expansión de las redes terrestres y móviles para permitirles a las personas acceder a aplicaciones, contenidos y servicios.
Curie, un habilitador clave para la transformación digital de Centro y Sur América
Curie, un cable submarino de propiedad de Google, comenzó a transmitir datos en el 2020 entre Estados Unidos y Chile, con un ramal hacia Panamá. Con este cable, el gigante tecnológico reconoció el aumento constante de la demanda de ancho de banda en América Latina e invirtió en alimentar sus propios servicios como Gmail, búsquedas, YouTube y Google Cloud. Los 10.500 kilómetros de longitud y los 72 Tbps de capacidad de transferencia de datos de Curie están ayudando a habilitar la transformación y la economía digitales en toda la región. La empresa está trabajando ahora en mejorar la conectividad en la región sur del continente, y con el ramal de Panamá pretende conectarse a otras redes en Centroamérica y aumentar la resiliencia de su infraestructura global en la nube.
El año pasado, el proveedor de servicios TI Sparkle modernizó 10.476 km de fibra en la ruta de Curie entre Chile y EE.UU., que dio como resultado un ancho de banda más rápido y fiable para apoyar la economía digital. El proyecto ganó el Premio del Operador Global al mejor proyecto submarino del año.
El diseño de Curie utiliza la última tecnología, proporcionándole a sus clientes una excelente calidad de experiencia para aplicaciones como la transmisión en directo de vídeo y las aplicaciones de computación en la nube.
Un futuro más digital e interconectado
Las inversiones en tecnología están llegando con mayor frecuencia a los países latinoamericanos, atraídas por la creciente demanda de servicios digitales de una población joven y más interconectada. Los ciudadanos de esta región no sólo están aumentando el uso de los servicios tradicionales de Internet, como el correo electrónico, la búsqueda en la web y las redes sociales, sino que también están consumiendo ávidamente los servicios de transmisión en directo de entretenimiento y realizando operaciones bancarias digitales. La infraestructura de red del continente está respondiendo a estos cambios y el desarrollo de Curie es un ejemplo de esto. El ecosistema interconectado en mejora constante de redes submarinas, redes terrestres y centros de datos en la nube está facilitando la transformación digital en toda América Latina.