La compañía multinacional de telecomunicaciones es hoy una de las principales firmas de ese sector en el continente: posee una red de 110 mil kilómetros de fibra óptica, 24 data centers y opera en 18 países. Además, mantiene un amplio catálogo de soluciones tecnológicas y atiende a más de cuatro mil empresas de distintas industrias.
‘Lo que buscamos es seguir innovando ofreciendo soluciones para resolver problemas de nuestros clientes corporativos. Son esas soluciones las que nos permiten estar siempre a la vanguardia en la región. En nuestra historia, hemos sido pioneros en traer tecnología para América Latina que en ocasiones tarda en llegar desde Estados Unidos y Europa’, comenta Luis Gabriel Castellanos, Country Manager de IFX Colombia.
En 1999, y con el propósito de contribuir a la transformación digital de América Latina, la empresa surgió con una estrategia de adquisiciones en distintos países de la región. Su hito inicial fue el lanzamiento de Tutopía, el primer servicio de Internet gratuito en el continente; luego, en 2001, la empresa fue pionera en instalar una red de MPLS en América Latina.
‘Nuestra idea era ofrecer un servicio de calidad, cercano e innovador. Había empresas que en su momento eran más grande que nosotros, por eso nos tocaba sacar el máximo provecho a nuestros equipos. A comienzos de los años 2000, cuando todo el mundo estaba en las redes tradicionales -que para el cliente eran muy difíciles de manejar- nosotros apostamos por la MPLS. Esto quedó plasmado en nuestro ADN’, recuerda Ezequiel Carson, CTO y vicepresidente de IFX.
En los primeros años los ejecutivos detectaron la oportunidad de aprovechar la infraestructura de conectividad desplegada para expandirse a lo que hoy es su mercado principal: el negocio B2B. Así, en 2007, la empresa se retiró del sector residencial y apostó por el mercado corporativo, plasmando su visión de conectar con los clientes y guiarlos en un proceso de mejora continua y la búsqueda de eficiencia en sus propios rubros.
Algunos de los actuales desafíos de IFX se conectan, además, con una estrategia corporativa de sustentabilidad, impulsando proyectos de eficiencia y energía renovable en sus centros de datos, o datacenters. El proceso considera acciones de mejora continua e inversiones en nuevas tecnologías de mayor desempeño, en un horizonte de corto y mediano plazo.