Por Luis Reyes, director de Arquitectura de Transformación Digital de Infor.
Este fenómeno es un tema de relevancia para la sociedad desde hace años. Así lo demuestran estudios que revelan las dificultades que tienen algunas personas para determinados procesos digitales. Todavía se requiere una mayor integración entre academia y el mundo privado para el desarrollo de nuevos procesos de enseñanza tanto prácticos como teóricos.
Actualmente existen dos brechas que frenan el desarrollo digital de una sociedad: la social y la que corresponde a un carácter técnico. La primera está vinculada con el acceso a las operaciones digitales, como por ejemplo el teletrabajo, la educación y la salud en línea, los servicios virtuales de gobierno, el comercio electrónico, entre otros.
Por otro lado, la técnica abarca el despliegue de la infraestructura necesaria a nivel regional, la velocidad de las comunicaciones, así como también los niveles de necesidades y uso.
Es clave poder comprender estos dos ámbitos dado que los nuevos profesionales se orientan a la demanda de productos y servicios. En este sentido, el desafío es cerrar estas brechas paralelamente. Una sociedad digitalizada requerirá de profesionales dentro de esta área, lo que trae como consecuencia que los centros de estudio tengan que avanzar en la actualización de sus mallas curriculares de formación.
A nivel mundial, hoy estamos en un camino sin retorno a la digitalización, donde los procesos, las personas, los datos y las tecnologías están interactuando al unísono en aspectos sociales y empresariales.
Por eso, se necesitan habilidades que permitan facilitar esta unificación. Por ejemplo, entender de procesos de negocios y su cadena de valor permite una mejor evaluación de los servicios digitales que puedan ayudar a crear esa ventaja competitiva para las empresas.
En términos de conocimientos y habilidades específicas que se requieren en una sociedad digital, podríamos identificar la Inteligencia Artificial, el Machine Learning, la Internet de las Cosas, Ciberseguridad, Impresiones 3D, Blockchain y el futuro del Metaverso que primero impactará a los profesionales del marketing.
Luego se expandirá rápidamente a las ventas de productos y servicios para transformar aspectos comerciales, sociales y educacionales. Los centros de estudios y sus mallas curriculares deben comenzar a incorporar, en forma más rápida, no solo estos elementos, sino que también establecer relaciones más estrechas con empresas. La educación junto con la experiencia real son clave para el mercado laboral del mañana.
Por el contrario, en Estados Unidos, con una población de un poco más de 329 millones de habitantes, no se presentan brechas sociales ni técnicas de infraestructura como las que encontramos en América Latina. La gran mayoría de la población tiene acceso y utiliza servicios digitales, lo que abre la puerta a nuevas oportunidades.
Las universidades tienen buenas relaciones con empresas, creando circuitos de colaboración activos que permiten más desarrollo en base a la experiencia y necesidades de la sociedad o el mercado.
El desafío está dado por conectar la educación profesional con las experiencias reales y no solo teóricas. La tecnología es una herramienta y hay que desarrollar las competencias para poder discernir la naturaleza de un problema que se intenta resolver, ya que es ella la que dictará qué instrumentos tecnológicos se podrán utilizar para resolverlo en forma efectiva y eficaz. Un claro ejemplo en Latinoamérica es el problema de las “filas”. Hoy existe la tecnología para eliminarlas, sin embargo, vemos la utilización de las “filas digitales”. Tomamos el problema, pero no resolvemos la naturaleza del inconveniente.
En Estados Unidos estamos viviendo una transformación tecnológica, en un nivel más maduro, pero también es parte de una transición. Las nuevas tendencias laborales en el área digital se están viendo en roles como la seguridad informática, arquitectos de negocio que tengan una visión de empresa y tecnología, entre otros.
Por ejemplo, hoy son muy requeridos los analistas con foco en datos y que sean capaces de utilizar las herramientas de inteligencia artificial. Los departamentos de IT como los conocemos se están transformando hasta el punto de fusionarse con otras áreas como finanzas, operaciones, marketing y recursos humanos, entre otras. Sin duda estamos experimentando una época de cambios y para que sean realmente efectivos tienen que partir desde la educación y la vinculación con el sector privado.