Desde hace una década atestiguamos un fenómeno social, económico y tecnológico. Hablamos de la democratización digital. Se trata de una accesibilidad amplia —es decir, impacta de diferentes formas a la sociedad—, gracias al internet y otras tecnologías de última generación.
Es importante entender esto, pues sin esa democratización tecnológica sería imposible ver muchas cosas que han sucedido. Por ejemplo, hoy en día empresas de todos los tamaños pueden acceder a herramientas accesibles para explorar nuevas formas de innovación.
En el contexto de la pandemia por Covid-19, sin ese acceso a internet y otras tecnologías digitales, habría sido imposible que las empresas mantuvieran sus operaciones o que los estudiantes accedieran a clases remotas. Cierto, la brecha digital también creció para aquellos sectores que carecen de acceso a internet.
‘El mundo será distinto después del coronavirus. De una crisis no se sale igual, se sale mejor o peor. Si queremos salir mejor hay que trabajar juntos’, dijo Augusto Zampini, ex abogado de bancos en Argentina y quien sintió el llamado de Dios y ahora es sacerdote, especializado en teología moral.
En el marco del ciclo “Ciclo de entrevistas de Trailblazers Latinoamericanos”, organizado por Salesforce, el especialista aseguró que, ante un futuro cargado de incertidumbre y desigualdad, la tecnología puede ayudar en el desarrollo de un mundo más inclusivo y sustentable.
En Argentina y otros países de América Latina hay un impulso a leyes que buscan aumentar el acceso gratuito a Internet. Esto incluye proporcionar «tabletas a profesores y estudiantes» y desarrollar más «puntos de acceso WiFi gratuitos en espacios públicos».
Esfuerzos como este son clave, pues la pandemia por Covid-19 trajo un aumento de la pobreza extrema en la región, la cual pasó del 13.1% en 2020 al 13.8% en 2021, de acuerdo con datos de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Una oportunidad inmejorable
Basta mirar los 17 compromisos de la ONU para un desarrollo sostenible para entender el rol de la tecnología en su éxito. Abarcan desde la pobreza, la salud, educación y la sostenibilidad del planeta Tierra.
La tecnología puede contribuir a proyectos de inclusión, equidad y alfabetización, asegura la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). “Pero tiene que cumplir un fin”, comentó Zampini.
Por su parte, Alejandro Anderlic, director de Asuntos de Gobierno para Latinoamérica y Políticas Públicas de Salesforce, señaló que ‘un gran desafío que tenemos en Latinoamérica es cómo hacemos para que la tecnología llegue a todos, cómo hacemos para que ninguno quede atrás y se pueda aprovechar los beneficios que ofrece. Ese es uno de los grandes retos actuales’.
Superar retos de inclusión, desigualdad y pobreza han sido una constante en América Latina, sobre todo después de la pandemia, cuando la lucha contra estos factores retrocedió varios años. En este escenario, la tecnología por sí misma no basta si no viene acompañada de otras políticas públicas que garanticen un verdadero desarrollo y de un mundo sostenible e inclusivo, dijo Zampini.
Concluyó el ejecutivo: ‘Termino con estas palabras que nos dijo el Papa Francisco: ‘preparen el futuro’, porque tenemos la posibilidad de hacerlo. Tenemos que ver a esta crisis como una oportunidad para hacer, de buenas a primeras, algo realmente importante. Es necesario cambiar y soñar en grande’. La oportunidad es inmejorable.