La Firma Electrónica Avanzada y la ciberseguridad

La Firma Electrónica Avanzada en la salud emergió como una herramienta fundamental en un entorno donde los fraudes, como las recetas electrónicas alteradas o la suplantación de médicos, plantean desafíos significativos. Esta tecnología se posiciona como un pilar fundamental para garantizar la integridad y autenticidad de los documentos en el ámbito médico. En el contexto chileno, por ejemplo, esta firma se erige como un mecanismo vital para la seguridad en el sector sanitario.

Desafíos y soluciones en la seguridad digital

Chile ha liderado la adopción de la firma electrónica en la región, pero esta transición hacia lo digital también ha provocado nuevos desafíos en términos de seguridad. Los fraudes a entidades como Fonasa e Isapre, así como la manipulación de identidades médicas y recetas, han sido enfrentados por las autoridades en los últimos años. Por esto, la Firma Electrónica Avanzada surge como un baluarte para profesionales, centros médicos y empresas proveedoras de servicios digitales en el sector de la salud.

Según Marcelo Mora, CEO de IDOK, empresa certificadora de firma electrónica: ‘El país se ha destacado por su avance en la digitalización, pero los recientes fraudes están llevando a los reguladores a exigir más seguridad a las empresas proveedoras de servicios digitales’.

Garantía legal y técnica

La Firma Electrónica Avanzada va más allá de una simple firma digital. Permite identificar al firmante y asegurar la integridad del documento electrónico firmado. Así, cumple con requisitos técnicos y legales rigurosos establecidos por la Ley 19.799 y su reglamento.

Desde un punto de vista técnico, se basa en un certificado digital emitido por una autoridad de certificación reconocida por el Estado, como IDOK. Este certificado vincula la identidad del firmante con la firma electrónica generada, asegurando su unicidad.

Legalmente, la Firma Electrónica Avanzada cumple con los estándares establecidos en la Ley, garantizando la autenticidad, integridad y no repudio de los documentos firmados electrónicamente. Esta certeza jurídica es esencial en transacciones comerciales, contratos y procesos legales de gran relevancia.

La Firma Electrónica Avanzada emerge, entonces, como un escudo ante fraudes en el sector de la salud. Además, brinda confianza, seguridad y certeza jurídica en un entorno cada vez más digitalizado.

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