La IA, el big data y el 5G son la clave de la competitividad del sector financiero

Por Marcio Martin, Vicepresidente de América Latina de green4T.

A nivel mundial, la industria bancaria es el mayor inversor en tecnología después de los gobiernos. Según Gartner, el volumen alcanza los US$ 3 billones anuales. En Brasil, fue de alrededor de US$ 35 mil millones, solo el año pasado, según la Federación Brasileña de Bancos, en la Encuesta Febraban de Tecnología Bancaria 2022, realizada en sociedad con Deloitte.

Aun así, una encuesta realizada por la publicación especializada American Banker indica que la mayoría de las empresas del sector prevén incrementar las inversiones en tecnología en al menos un 10% en 2023. Se trata de dinero destinado a la búsqueda de competitividad en un mercado que se ha visto sacudido. por nuevos entrantes, cambios regulatorios y de infraestructura. Startups del sector recaudaron, solo en los últimos cinco años, cerca de US$ 11 mil millones para desarrollar nuevos productos y financiar programas de expansión, según Sling Hub, una plataforma de inteligencia de datos.

Al mismo tiempo, el Banco Central de Brasil lanzó un sistema de pago instantáneo, PIX, y avanzó en la implementación de una serie de cambios regulatorios, como el open banking y el open finance, que permiten una mayor personalización de los servicios. Ante el aumento de la competencia y las adaptaciones regulatorias, las empresas del sector han priorizado determinadas tecnologías para satisfacer las crecientes expectativas de los clientes. Entre ellos, según Febraban, tres de los más importantes son la Inteligencia Artificial (IA), el Big Data y el 5G.

Inteligencia artificial

En el sector financiero en particular, se espera que la IA crezca a una tasa anual compuesta del 25 % hasta 2027, como se indica en el último estudio de Mordor Intelligence. Su uso está orientado tanto a la reducción de costes como a mejorar la experiencia del cliente y ofrecer productos personalizados. Entre los ejemplos más conocidos se encuentran: chats de atención al cliente, prevención y análisis de fraudes.

Además de estas, hay iniciativas mucho más sofisticadas en marcha, como la plataforma NOMI, de uno de los bancos canadienses más grandes. Diseñado para ayudar a los clientes a planificar mejor sus finanzas, ofrece pronósticos de flujo de efectivo para que los clientes sepan cuánto dinero tienen en los próximos siete días.

NOMI también tiene un recurso que, cuando se enciende, redondea el valor de las compras pequeñas y envía los centavos de diferencia a una cuenta de ahorros, lo que ayuda a formar reservas y mejorar la salud financiera de los clientes. El banco más rentable del mundo el año pasado también usa IA para identificar y notificar a los usuarios de su asistente virtual, llamado Eno, sobre aumentos en los servicios de suscripción de tarjetas de crédito. En Brasil, una de las nuevas fronteras de la IA en 2023 es el reconocimiento de voz y la integración de chatbots con asistentes virtuales como Alexa, Google y Siri.

Big data

El open finance, que incluyen el open banking, también se conocen como sistema financiero abierto, ya que permiten el intercambio de información de los clientes entre instituciones, cuando éstas lo autorizan. Con su implementación, Febraban estima que los bancos brasileños aumentarán las inversiones tanto en Customer Relationship Management (CRM) como en Big Data.

Se espera que la necesidad de organizar, integrar y analizar este creciente volumen de datos lleve al mercado de análisis de Big Data a expandirse globalmente a una tasa compuesta del 23% anual, hasta 2028, indica el último estudio de Mordor Intelligence. Además de ayudar a detectar fraudes y mejorar procesos, el mayor volumen de información es visto como estratégico por el mercado, ya que permite la personalización y desarrollo de productos y servicios.

Cruzar una variedad cada vez mayor de fuentes, que van desde transacciones financieras e información de redes sociales hasta interacciones directas, permitirá a los bancos tener una visión de los clientes cada vez más completa, matizada y contextualizada. La relación de las variables demográficas con el historial de transacciones y ofertas rechazadas en el pasado, por ejemplo, puede mostrar patrones que ayudarán en el desarrollo de ofertas, productos y servicios personalizados, con mayor potencial de ventas. O dar lugar a opciones de venta cruzada (venta de productos complementarios). Todo en ciclos de desarrollo cada vez más cortos, días o semanas en lugar de meses, señala la consultora McKinsey.

5G

La reciente llegada del 5G al mercado supuso un hito para el internet de las cosas (IoT) y, en consecuencia, su expansión abre nuevas fronteras para los bancos. Empezando por el hecho de que cualquier dispositivo “wearable” conectado a internet puede convertirse en un medio de pago – relojes, gafas y anillos, por ejemplo. Las soluciones de pago con menos ‘fricción’ basadas en biometría y reconocimiento facial también serán mucho más comunes.

Además, más dispositivos conectados a internet significan más información sobre los clientes y sus hábitos de consumo, lo que se puede traducir en la personalización de productos y servicios. 5G permite la conexión de hasta 1 millón de dispositivos por kilómetro cuadrado, contra 10 mil en 4G. En el sector agrícola, por ejemplo, existe la expectativa de que, con más información sobre la producción, actualizada con mayor frecuencia, será posible evaluar mejor los riesgos involucrados (con la ayuda de la IA) y ofrecer a los productores ofertas de crédito personalizadas.

La infraestructura de TI juega un papel crucial en la aceleración de estas nuevas tecnologías, y es fundamental analizar dónde, bajo demanda, debe tener lugar el procesamiento de datos: en el centro de datos local, en la informática perimetral o en la nube. Además, los servicios gestionados son fundamentales para garantizar la disponibilidad, seguridad y sostenibilidad de la operación, permitiendo a las organizaciones aprovechar al máximo los beneficios que brindan la inteligencia artificial, el Big Data y el 5G.

La externalización de estos servicios a empresas especializadas permite a las organizaciones centrarse en su negocio y crecimiento, asegurando que la gestión de la infraestructura TI esté en manos de profesionales experimentados. En este contexto, la elección de la infraestructura de TI, la implementación de servicios administrados eficientes y la asociación con empresas especializadas son factores críticos para el éxito en el sector financiero y el logro de una ventaja competitiva.

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